efe

El presidente de EE UU disfrutó la noche del martes de una gran sesión de blues en la Casa Blanca gracias a los oficios de una banda de lujo, con el mismísimo Mick Jagger cantando. En la fotografía, de izquierda a derecha, los guitarristas Jeff Beck, Derek Trucks, Gary Clark Jr., B. B. King, Buddy Guy, Warren Haynes, Susan Tedeschi y Keb Mo, durante el concierto.

Oviedo / Washington,

L. MUÑIZ / Efe

Que Barack Obama es zumbón y ama la música -especialmente la negra- ya lo sabíamos. El pasado 19 de enero, en el legendario teatro Apollo de Nueva York, el presidente de EE UU aprovechó un acto de recaudación de fondos para arrancarse con «Let's stay together», un clásico del «soul» cuyo autor, Al Green, se hallaba entre el público.

Pero eso era «soul», y si hay una música que de verdad sea negra, ésa es el «blues». Obama también la ama, y la noche del martes disfrutó de una sesión en la Casa Blanca con una gran banda y una intimidante selección de guitarristas. Al frente, sentado y en el centro, estaba B. B. King, de 86 años, al que el propio presidente llamó «rey del blues».

Y, como ocurrió en Nueva York hace un mes, Obama también se arrancó. Eligió para ello otro clásico, «Sweet home Chicago». Sólo cantó unas líneas, pero fue suficiente para que King lo celebrara por todo lo alto con una gran sonrisa y unas palmadas. El presidente recibió el micro de manos de otra estrella presente esa noche, Mick Jagger, y tras demostrar sus aptitudes -buena entonación, poquita voz-, se lo pasó al guitarrista. Con su interpretación, concluyó la velada.

«Una de las cosas que tiene ser presidente es que algunas noches, cuando quieres salir y dar un paseo, no puedes hacerlo. Y eso es frustrante. Pero también hay otras noches en las que B. B. King y Mick Jagger vienen a tu casa a dar un concierto», bromeó Obama antes de la actuación.

El blues «habla de algo universal», dijo el mandatario estadounidense desde el escenario donde se celebró la sesión, programada en el marco de las conmemoraciones del «Mes de la herencia negra». «Nadie pasa por la vida sin alegría ni dolor, triunfos ni penas. El blues transmite todo eso, a veces con una palabra o una nota», dijo, cuadrando una buena definición.