Presenta los libros La ecuación de la guerra y Entender la guerra en el siglo XXI, de Federico Aznar Fernández-Montesinos, publicaciones especializadas desde el punto de vista de la polemología, el estudio de los conflictos, aunque La ecuación en la guerra es un libro muy divulgativo e interesante para la comprensión de muchas esferas de la vida en general, y muy útil para entender conflictos asimétricos y fenómenos de terrorismo, para quien tenga que entender algo de estrategia terrorista u otras formas de violencia organizada.

- En lo personal, ¿estas publicaciones le han ayudado a entender mejor el entorno violento en España?

- Creo que ahora entiendo mejor un tablero de operaciones como que el mundo de Batasuna y ETA organiza a veces con aliados que ni siquiera son conscientes de que lo son. Para entender las cosas no de forma intuitiva ni desde posturas éticas, sino para tener un acercamiento mas objetivo de cuales son las formas de manipulación en ese mundo.

- ¿Qué valoración hace del encuentro que mantuvo la izquierda abertzale en San Sebastián el pasado fin de semana? ¿Considera que es una oportunidad perdida en la consecución de la paz?

- Ciertamente, intentan legitimar su pasado y presente y posicionarse de la mejor manera posible ante el futuro para conseguir el poder político en el País Vasco, pese a todo lo que han hecho. Esta es la gran cuestión. Como ya no pueden esconder a las víctimas, que lo han hecho durante demasiado tiempo, no solo las perseguían y las humillaban, en todos los pueblos se pedían asesinatos a ETA, y cuando esto sucedía estigmatizaban a las familias hasta que la reacción de la sociedad civil, de los grupos pacifistas impidieron esa estigmatización tan severa. Durante mucho tiempo, las víctimas en la sociedad vasca eran anónimas, eran invisibles. Ahora no pueden obviar la visibilidad de las víctimas y lo que han hecho es mutar el relato para adaptarlo a su responsabilidad. Se sienten irresponsables e impunes con los actos que ha cometido o que han propiciado, colaborado... Han incorporado un par de palabras cebo, y siguen hablando de un conflicto cuando ellos han asesinado, de impunidad, quieren que no apliquemos la ley. Y quieren que se les pida perdón, tienen el descaro de hacerlo. No piden a ETA que se disuelva ni la condenan, y se ve quien manda.

- El anuncio de la tregua, el cambio de ciclo político. ¿Esperaba que la situación evolucionara de esta manera?

- Están actuando de forma tramposa. No hay lealtad con las víctimas. La justicia transicional es un verdadero tongo y todavía quieren que le ofrezcamos el alma, es un disparate, y no hay verdad. Se quitan las capuchas, se disuelven, entregan las armas, piden perdón y buscan la reinserción. Se enfrentan a su propia responsabilidad. Esto no ocurre, tenemos una serie de escenarios imaginarios para que parezca lo que no es, conseguir la legalización cuando no hay condena sino exaltación de los terroristas. Han conseguido una publicidad gratis en los últimos años. ¿Y que tenemos?, que hemos parido un ratón.

- ¿Le produce impotencia este doble lenguaje?

- Es una mascarada, hablan de inmovilismo del gobierno pero son ellos los que tienen que cambiar. Ellos son los que se tienen que someter a la ley después de tantas barbaridades cometidas, es una aberración, el mundo al revés. Es una manera de hacer política patológica, no quieren sentirse miserables y por eso juegan a ser víctimas, pero tienen que mirar en el espejo de lo que ha hecho, y siguen con el impulso de negar una y otra vez. No van a evolucionar, y del mismo modo que hemos conseguido que no sea eficaz matar, tenemos que conseguir que no sea eficaz mentir.