El sistema universitario español mantiene una movilidad de estudiantes entre comunidades "baja" debido a la alta dispersión territorial de los centros de enseñanza y una amplia oferta académica muy generalista y poco especializada de las universidades, todas con catálogos de titulaciones "muy similares".

Según un análisis del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, esto permite que en la mayoría de los casos no sea necesario salir de la comunidad autónoma de residencia, incluso de la propia provincia, para cursar los estudios apetecidos.

Los alumnos que se trasladan fuera se concentran principalmente en las universidades de un puñado de comunidades, aquellas con un número mayor de plazas y más cantidad y variedad de oferta académica.

La Generalitat de Cataluña ha cifrado en cien millones de euros el déficit que le supone que unos 12.500 alumnos de otras comunidades estudien cada año en universidades catalanas y propone que las autonomías paguen la parte de la matrícula que sufraga la administración, según la procedencia de aquellos.

La iniciativa catalana puede poner "en peligro" el distrito universitario abierto e incluso puede ser "inconstitucional" por "vulnerar" los principios de "igualdad, de solidaridad y de integridad territorial", según han comentado fuentes ministeriales.

En España hay 79 universidades: 50 son públicas y 29 privadas o de la Iglesia, con 236 campus en total, ubicados en municipios diferentes.

En términos generales, las universidades tienen "una dependencia muy alta", constata el ministerio, de los estudiantes de su misma comunidad autónoma.

En los centros universitarios de diez autonomías, más del 90 por ciento de los matriculados proceden de la misma comunidad en la que están situados.

Los estudiantes con menor índice de movilidad académica son los de Andalucía, Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana, precisamente porque son los que encuentran una oferta universitaria mayor y más diversa en sus propios territorios.

Por ello, las universidades de estas autonomías son las que tienen las tasas más altas de alumnos de la propia comunidad y, al mismo tiempo, también las que matriculan más estudiantado procedente de otras.

Según se deduce de datos oficiales del curso 2009-2010, 61.000 alumnos de primero y segundo ciclo y de grado de las universidades presenciales de Madrid tenían residencia en otra comunidad; eran 18.000 los universitarios que estudiaban en Castilla y León procedentes de otras autonomías; 15.300 en Andalucía, 12.500 en Cataluña y 11.500 en la Comunidad Valenciana.

Por el contrario, las que tenían un nivel de movilidad "teórica" mayor eran Castilla-La Mancha y La Rioja, donde sólo el 50,3 por ciento y el 48,4 por ciento, respectivamente, de sus estudiantes residentes estudiaban en la propia comunidad.

Sin embargo, matricularse en un lugar distinto de donde se vive habitualmente no implica movilidad real siempre, matiza el estudio ministerial.

En Castilla-La Mancha, por ejemplo, el 33,1 por ciento de los alumnos con residencia en esa comunidad estudian en Madrid, pero en muchos casos pueden trasladarse diariamente desde localidades de provincias limítrofes, sin que ello suponga cambiar de residencia durante el curso.

En definitiva, los estudiantes universitarios españoles apenas se mueven de su comunidad autónoma para los estudios y, cuando lo hacen, es a regiones "fronterizas", sin que ello requiera cambio de residencia en la mayoría de las ocasiones.

Relacionado con este hecho, debe tenerse en cuenta también la baja oferta de alojamiento universitario.