Madrid, Efe

Un grupo de investigadores españoles ha descubierto que uno de los principales genes que protegen contra el cáncer tiene además otros dos efectos positivos en el organismo: aumenta significativamente la longevidad y combate la obesidad.

Se trata de un resultado «del todo inesperado», según este grupo de científicos liderados por Manuel Serrano, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que además han demostrado que un compuesto sintetizado en este centro de investigación ejerce el mismo efecto beneficioso sobre ratones que el gen analizado.

Según los científicos, los resultados que abren nuevas vías a la investigación de terapias no sólo contra el cáncer, sino también contra la obesidad y el envejecimiento, se han observado en ratones y han sido publicados en la revista «Cell Metabolism».

Se ha conseguido probar que los ratones con copias extra del gen «Pten» comen más pero son más delgados, un fenómeno «insospechado y novedoso». El hallazgo apoya una hipótesis que cobra cada vez más fuerza entre los investigadores: que el cáncer y el envejecimiento, y ahora también la obesidad, son manifestaciones distintas de un mismo fenómeno, más global, que se produce a medida que el organismo acumula en sus tejidos daños que los mecanismos naturales de reparación no logran arreglar, según una nota del CNIO.

Entre estos mecanismos naturales de reparación destacan muy especialmente un grupo de genes identificados en un principio por su potente efecto protector contra el cáncer. Según ha explicado Manuel Serrano, se conocen unos 30 genes anticancerígenos, de los que cinco son generales para muchos tipos de cáncer («p53», «p16», «Arf», «Rb» y «Pten»).

Su grupo se preguntó si el gen «Pten» podría relacionarse con efectos beneficiosos adicionales, en concreto, la longevidad. Para ello, el grupo del CNIO creó ratones transgénicos con niveles de la proteína «Pten» del doble de lo habitual.

Estos animales se mostraron mucho más resistentes al cáncer que los no transgénicos, y además vivieron un 12 por ciento más de media, un efecto que es independiente de la resistencia al cáncer.

La sorpresa, no obstante, apareció cuando se observó que los ratones con doble dosis de «Pten» son significativamente más delgados -un 28 por ciento de media-, y eso a pesar de que comen más. También, según la investigación, tienen menos riesgo de desarrollar diabetes y su hígado tolera mucho mejor de lo habitual una dieta rica en grasas.

Los científicos buscaron la explicación en un incremento del gasto energético y hallaron la respuesta en la llamada «grasa parda», un tejido graso que, paradójicamente, favorece que el organismo «queme la energía almacenada en los michelines».