Madrid, Efe

La Organización Médica Colegial (OMC) coincide con los ministros de Justicia y Sanidad, Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Mato, respectivamente, en que «ninguna mujer debería verse obligada a tener que abortar por la incapacidad económica de mantener a su niño».

El presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, se ha mostrado a favor, en una rueda de prensa, de que haya «ayudas específicas» para las mujeres que no tengan posibilidades económicas de continuar con su embarazo. «Con los tiempos que corren esto es complicado, pero nuestra obligación es pedirlo», ha sentenciado.

El doctor ha respondido así al ser preguntado por la reforma de la ley del aborto que prepara el Gobierno y después de las críticas que ha recibido el ministro de Justicia por defender el derecho a la maternidad frente las presiones sociales que sufren las mujeres por el mero hecho de estar embarazadas.

También la ministra de Sanidad ha apostado por luchar para que las mujeres que quieran ser madres «no dejen de serlo por presiones económicas, sociales, laborales o familiares».

La OMC aplaude también que al menos uno de los padres o tutores de las menores que decidan interrumpir su gestación tengan conocimiento de este hecho, como ha anunciado el titular de Justicia.

«Es mucho más el daño que se evita a la menor, suponiendo que un progenitor lo sepa», que las consecuencias que puede causarle «a posteriori» un «trauma tan importante, que no es como tomarse un caramelo», ha dicho Rodríguez Sendín.

Los médicos se felicitan, además, de que vaya «tomando mayor cuerpo» el respeto de la objeción de conciencia, después de las sentencias que dan la razón a los facultativos de atención primaria que se acogen a ella para no dar a las embarazadas los folletos informativos sobre su derecho al aborto.

«Esto confirma que hay que regular la manera de hacer efectiva la objeción de conciencia porque hay derecho a objetar, pero luego esto se convierte en un acto heroico».

El representante de la OMC no está de acuerdo con regresar a la ley de supuestos de 1985, con la que el 94% de los abortos se practicaba acogiéndose al riesgo para la salud psicológica de la madre. «Entendemos que ésta no es la mejor manera de resolver esta cuestión», dijo.