Oviedo, Eduardo GARCÍA

Las huelgas estiran o encogen según perspectivas. Los sindicatos docentes cifraron ayer el paro en Asturias en el 83% del profesorado, mientras que la Consejería de Educación lo rebajaba hasta el 43,1%, según datos de media tarde. El Gobierno central reconocía que Asturias fue una de las comunidades con mayor incidencia de una huelga que paralizó buena parte de los centros públicos educativos de la región.

Son cifras referentes a la enseñanza no universitaria, porque aunque la convocatoria afectaba a los estudios superiores, la Universidad de Oviedo está inmersa en período de exámenes. Los que estaban programados se celebraron, según fuentes de la institución académica.

Hay 457 colegios e institutos en Asturias. A las doce del mediodía los sindicatos cantaban victoria, con un 77% de seguimiento, decían. Las cifras fueron aumentando a lo largo de la jornada: «Es el mayor seguimiento de una jornada de paro en la enseñanza en Asturias desde 1988», aseguraba el portavoz de CC OO, Enrique Fernández. Las demás fuerzas sindicales, SUATEA, FETE-UGT, ANPE y CSIF coincidieron al calificar la jornada: «Un rotundo éxito..., a pesar de los servicios mínimos abusivos con la clara intención de torpedear».

El sindicato FETE-UGT lamentaba ayer que «los injustos servicios mínimos han propiciado una situación, cuando menos paradójica, en algunos centros, con un 100% del seguimiento de la huelga y con más profesores que alumnos».

Que la convocatoria funcionó lo prueban las 5.000 personas que asistieron a la manifestación de las siete de la tarde en Oviedo. Para los convocantes fueron 15.000, pero, en todo caso, se trató de la manifestación más numerosa del sector en los últimos años, esta vez con mucha representación de los estudiantes y que se desarrolló en un ambiente reivindicativo y festivo. La marcha contó en la cabecera con los secretarios generales de CC OO y UGT, Antonio Pino y Justo Rodríguez Braga.

En el comunicado final las miradas estaban puestas en el futuro Gobierno regional y en el que será su presidente, el socialista Javier Fernández: «La comunidad educativa asturiana insta a quienes aspiren a formar Gobierno en Asturias a un compromiso explícito de no aplicar recortes en la educación pública, y sostenerla como prioridad política y presupuestaria».

La marcha colapsó las calles. Cuando la cabecera había abordado la subida a la calle de Toreno, camino de la plaza de España, había manifestantes que aún no habían salido de la estación de la Renfe. Ya al final del recorrido, la cola de la manifestación se quedó en la calle Calvo Sotelo. Hubo música para amenizar la espera.

La jornada se desarrolló sin incidentes, con todos los centros abiertos desde Infantil a la Secundaria posobligatoria. Hubo muchos centros donde la actividad fue casi nula, con los pocos niños que accedieron al colegio pasándoselo bien en los patios en plan juego y deporte. En otros hubo actividad reducida y hubo excepciones, como la muy comentada en los mentideros de la manifestación: en el IES de Tineo fueron a trabajar todos los profesores, según se desprendía de un reportaje emitido por la TPA. «¿Todos? Imposible», exclamaba extrañada una manifestante de mediana edad enfundada en la camiseta oficial de la reivindicación: verde y con el lema de «escuela pública de todos y para todos».

El manifiesto de la huelga de la enseñanza tuvo argumentos conocidos. Se avecinan, dicen los sindicatos, «despido masivo de interinos», «problemas de convivencia y en los centros», «numerosas escuelas rurales abocadas al cierre», «la condena a comarcas de Asturias a una sola opción de estudios de Bachillerato», «aulas masificadas» y «mayores dificultades frente a las necesidades educativas especiales».

Hubo medio centenar de pancartas, con presencia de sindicatos, centros educativos, organizaciones cívicas y partidos políticos. Y es que este de la enseñanza no sólo es un problema laboral. Las miradas de 12.000 docentes apuntan a la Junta General y sus inquilinos.