Madrid, Efe

Con tan solo llevar al paciente al hospital adecuado se salvarían al menos el 30 por ciento de las personas que fallecen en España a causa de un infarto agudo de miocardio, una patología que sufren cada año 50.000 afectados en este país y que supone un gasto para el Estado de 250 millones de euros. Ésta es la principal conclusión del estudio Recalcar (Recursos y Calidad en Cardiología), que ha analizado 262 unidades de cardiología de hospitales españoles y examinado los datos del registro CMBD del Sistema Nacional de Salud, cedidos en exclusiva para este informe, que recoge las altas de 50.000 episodios de infarto y 350.000 altas por enfermedad cardiaca.

La investigación ha demostrado que aquellos pacientes que sufren un infarto y son atendidos en el servicio de cardiología de un hospital con «alto volumen de actividad» y con «una relativa complejidad», en donde se les pueda practicar angioplastia primaria, presentan una mortalidad un 30 por ciento inferior que los que acuden a otros centros. El riesgo de reingreso también se reduce un 40 por ciento con respecto a los infartados que son asistidos en otras condiciones asistenciales, precisó ayer el presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Vicente Bertomeu. Esto demuestra que la tendencia generalizada de acudir o trasladar al paciente al centro más próximo «no es la mejor opción», agregó.

La SEC ha hecho un llamamiento al Ministerio de Sanidad para que reorganice las redes asistenciales, de modo que tanto los servicios de emergencias (061 o 112) como los profesionales de urgencias hospitalarias sepan a qué centro derivar al paciente.