Corresponsal de TVE en Moscú, comenzó su carrera profesional en LA NUEVA ESPAÑA

Avilés, S. F.

El periodista Carlos Franganillo (Oviedo, 1980) participó este jueves en un coloquio sobre la labor de la Cruz Roja y la Media Luna Roja en el mundo a lo largo de su historia. El acto tuvo lugar en la cúpula del Centro Niemeyer. Representantes de ambas organizaciones recibieron ayer en Oviedo el premio «Príncipe de Asturias» de Cooperación Internacional. Franganillo se curtió en la redacción de LA NUEVA ESPAÑA, donde hizo prácticas de verano en 2003. Desde 2008, cuando las últimas oposiciones, trabaja en TVE y desde enero de 2011 es corresponsal en Moscú de la misma televisión pública. Franganillo estudió en el Colegio de Meres y se licenció en Comunicación Audiovisual en la Universidad Antonio de Nebrija y en Periodismo en el CEU-San Pablo.

-Lo de ser periodista...

-... fue un deseo que siempre estuvo ahí. Estudié Comunicación Audiovisual porque me interesaba el cine y otras cosas distintas al propio periodismo. Hice las prácticas en LA NUEVA ESPAÑA y el tiempo que pasé en la redacción me sirvió más que las clases en la Universidad.

-Trabajó en la sección de Oviedo.

-Fue un tiempo muy estimulante. Me tocaron muchas fiestas de prado. Había que cambiar la forma de la crónica de una semana a otra porque si no uno se repetía más de lo debido. Recuerdo, por ejemplo, un reportaje que hice del bosque de La Zoreda. Me hizo mucha ilusión. Fue la primera vez que me daban una página completa. Luego trabajé en Radio Nacional y continué con el periodismo local: había que trabajar en varios asuntos distintos y hacerlo, además, muy rápido.

-¿Y lo de trabajar a Moscú?

-No lo dudé ni un segundo. Se hace un mejor periodismo internacional estando en los sitios. Reconozco que la llegada fue dura: cuesta adoptarse al clima, al idioma... Gracias a que existe una pequeña comunidad de periodistas de medios rusos en español, pero, sobre todo, por el anterior corresponsal (José Carlos Gallardo).

-¿Sin ruso?

-Antes de marchar hice un curso intensivo. Ahora también voy a clase, aunque de manera no tan intensiva. Gracias a la productora de la corresponsalía, el trabajo se desarrolla adecuadamente. Mi ruso es bastante limitado.

-¿Comprendemos desde aquí la enormidad rusa?

-Debemos hacerlo. Cuando arañas la superficie de la realidad rusa descubres que la relación de los rusos con el poder es muy distinta a la de Occidente. Nunca existió una democracia liberal tal y como la conocemos aquí. Es un país enorme con un papel preponderante en cuestiones energéticas y en política internacional. Basta poner la mirada en lo que sucede en Siria. Rusia es un actor de primer orden. No cuenta con el poderío de hace 20 o 25 años, pero sigue siendo una potencia nuclear. Alemania o Reino Unido atienden cada paso que se da en Rusia. Alemania porque depende de la energía que exporta y el Reino Unido por razones históricas, por la Guerra Fría. Pero las cosas están cambiando, el Rey don Juan Carlos viajó a Moscú con representantes de las principales compañías españolas.

-Las «Pussy Riot» fueron condenadas por gamberrismo.

-En Rusia se hizo una encuesta que estableció que la mayoría de la población estaba en contra de las «Pussy Riot» o se mostraba indiferente. Los rusos siempre apostaron por un líder fuerte y este ahora es Vladimir Putin. Al margen de todo esto, la condena que les impusieron me parece desproporcionada.