Gijón, C. JIMÉNEZ

Los gaiteros y tamboriteros de finales del siglo XIX y principios del XX marcaron tendencia en lo musical, pero también en cuestiones de moda. Ellos fueron quienes empezaron a mostrarse en las celebraciones ataviados con el traje de asturianos logrando extender, a través del espectáculo, la identidad de pueblo desde lo textil. La exposición «Vestidos de asturianos» reúne desde ayer en el Museo del Pueblo de Asturias la colección fotográfica de 1860 a 2010 en la que se hace un recorrido por el origen, difusión y evolución del traje regional. «No es algo fijo, sino que se trata de un concepto que evoluciona», explica Joaco López, director del Museo del Pueblo de Asturias, sobre la moda de «vestirse de asturiano».

Una cuidada selección de imágenes realizada por la historiadora y antropóloga Fe Santoveña a partir de las 4.000 localizadas entre los fondos del museo, resume la evolución de la indumentaria tradicional en el último siglo y medio. Según Santoveña no se trata de una exposición al uso de vestimentas o escenas típicas asturianas, sino que se trata de mostrar un concepto intelectual creado en el siglo XIX que es el del traje regional o «el exponente textil de lo que significa ser asturiano».

Un elemento que viene muy bien para explicar esa evolución es la obra inédita del pintor Mariano Moré que se incluye en la exposición. Se trata de un óleo de gran formato, cedido por la familia para la ocasión, donde se muestra a cuatro mujeres ataviadas con la indumentaria tradicional. La obra data de 1950 y hasta ahora se desconocía su existencia, según explicó la comisaria de la muestra.

Para el edil de Cultura, Carlos Rubiera, esta exposición tiene un valor «trascendental» porque «nos traslada la memoria de nuestros mayores». Esa memoria recoge imágenes tan singulares como la capacidad de la burguesía para marcar tendencia al modificar, a principios del siglo pasado, el calzón corto en los hombres por uno largo como signo de identificación social. En base a eso, el edil forista reivindicó la moda de vestirse de asturiano. «Sería guapísimo que, inspirándose en nuestros antepasados, los creadores pusieran en circulación una moda asturiana en base a la indumentaria tradicional», subrayó. Algo que demuestra la historia, pues cada generación, desde hace 150 años, ha reinventado el traje regional según la forma de pensar y la moda de cada momento. Si bien la indumentaria que utilizaban las clases populares entre el último cuarto del siglo XVIII y la primera mitad del XIX comenzó a caer en desuso en la segunda mitad del XIX por la influencia del mundo urbano sobre la Asturias rural, fue gracias a las clases altas que comenzaron a vestirse con el traje regional para mostrar su «asturianidad» como logró mantenerse esta costumbre. Aunque ya en 1880, explica Fe Santoveña, «las formas de vestir campesinas se consideran una identidad», es en la primera mitad del siglo XX, tras la visita de Isabel II a Asturias, cuando, además, comenzó a vestirse y fotografiar a los niños con el traje regional. Una moda que hoy continúa.