Gijón, A. RUBIERA

Un proyecto de ley que «nos retrotrae a períodos predemocráticos, por no decir que parece sacado de los manuales del siglo XIX»; un «golpe mortal al pilar de la educación dentro del Estado del Bienestar que consagra la Constitución»; una revisión «como nunca creímos que se llegaría a ver»; «un ataque ideológico desde todos los frentes» y una amenaza a las leyes que hicieron de la educación española «un referente en cuanto a ser la menos discriminatoria de Europa». Con esos argumentos, ayer, colectivos de enseñantes en activo y jubilados, sindicatos profesionales y estudiantiles, y asociaciones de padres y madres asturianos se sumaron a la jornada de protesta convocada en toda España contra el borrador de ley de Educación elaborado por el Gobierno de Mariano Rajoy. Con el ministro Wert en el centro de todos los cánticos, varios cientos de personas recorrieron el centro de Gijón en protesta, hasta llegar a la plaza Mayor.

Las principales afrentas que se le atribuyen a la ley, por parte de los colectivos de la escuela pública, es su inequívoca tendencia a incrementar la subvención de los centros concertados, primar la elección de centro de las familias -«eliminando del articulado la obligación del Estado de ofrecer una plaza pública a la ciudadanía», advertían-, reforzar la presencia de la asignatura de religión, y reducir los recursos para la red pública. La Consejera de Educación, Ana González, que ayer mantuvo reuniones con los comités de directores de centros y la junta de personal, garantizó la oposición total de su equipo al proyecto normativo.