Ciudad del Vaticano, Efe

Francisco dijo ayer, en su primera audiencia pública, que recoge el «testigo» de las manos de su antecesor, Benedicto XVI. El encuentro semanal de los miércoles con fieles llegados de todo el mundo fue otro multicolor baño de masas. Se calcula que fueron unas 20.000 personas las que asistieron a la audiencia del Papa ayer en la plaza de San Pedro.

El Pontífice llegó a la plaza en el papamóvil descubierto. Fue acogido con gritos como «¡Viva el Papa!», «Ésta es la juventud del Papa» y «Te queremos», entre otros eslóganes coreados por los presentes, entre ellos varios miles de jóvenes españoles y latinoamericanos. El obispo de Roma recorrió el recinto vaticano en el vehículo y, en la misma línea de los primeros días de pontificado, besó a niños y saludó a los numerosos fieles presentes.

El miércoles es el día que tradicionalmente destinan los papas a reunirse con los fieles de todo el mundo que visitan el Vaticano. Durante la audiencia, el pontífice dedica la catequesis a un tema que considere de interés y después suele hacer un resumen del mismo en diferentes idiomas, a la vez que saluda a los presentes en esas lenguas. El tema de la audiencia de ayer estaba más que cantado: la Semana Santa.

Hoy, el papa Francisco lavará los pies a doce jóvenes del Instituto Penal de Menores «Casal del Marmo» de Roma, durante la celebración de la misa de la Cena del Señor del Jueves Santo, según confirmó el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi.

El Papa se trasladará hasta el centro penitenciario para celebrar la misa, conocida como Misa Coena Domini, que tradicionalmente se celebraba en la catedral de Roma, la basílica de San Juan de Letrán. Después de la misa, el pontífice mantendrá un encuentro en el gimnasio con las 150 personas que trabajan allí, en el que también participará la ministra de Justicia italiana, Paola Severino.

Francisco reclamó ayer el inmediato cese de la violencia en la República Centroafricana.