«A los sitios vas cuando tienes algo que ver, y el hecho de que hayan aparecido estas pinturas nos da muchos beneficios porque, estando tan lejos, de otra manera sería más complicado que la gente viniera», afirma Javier Díaz, hostelero propietario del hotel Las Grandas. Es el sentimiento que comparten todos los grandaleses desde que ayer LA NUEVA ESPAÑA dio a conocer el descubrimiento de las primeras pinturas romanas en Asturias.

El hallazgo en el Chao Samartín ha despertado el interés de vecinos y turistas que ayer se acercaban hasta el museo del Chao a contemplar las riquezas descubiertas hasta el momento. En el mundo de la hostelería se cree que los hallazgos artísticos serán un revulsivo para la comarca. No dudan que atraerán a muchos turistas. Las nuevas pinturas halladas estos días en la «domus» del castro, además de suponer una novedad calificada de «espectacular» por los arqueólogos, puede ser también un importante impulso económico para el pueblo. Los vecinos lo reciben como tal.

«Este yacimiento aporta mucha vida al pueblo y los descubrimientos que se están llevando a cabo estos días harán que se reconozca más la zona, una de las menos explotadas del occidente asturiano», señala Águeda Montesín, joven estudiante de Grandas que se encontraba ayer visitando el museo del Chao Samartín. «Aquí quedan muchas cosas por sacar a la luz», aprecia. Montesín acudió acompañada de dos amigas suyas, Evelyn Mitchel, suiza, y Nadir Gutiérrez, boliviana, para mostrarles el yacimiento. «Es la primera vez que venimos y nos encanta; no sabía que había tanta historia aquí», confiesa Mitchel, que está estudiando Filología Hispánica.

En Grandas todos coinciden: la reapertura de la excavación en el castro traerá grandes beneficios al concejo. «Ayudará a que la gente conozca la zona, en Asturias no existen sólo Gijón, Avilés y Oviedo; hay muchas más cosas y muy interesantes para ver, como este yacimiento», destaca Conchi Cordero, vecina de Grandas.

El descubrimiento de las pinturas y la continuación de la excavación «son importantísimos para el pueblo, porque ayudará a que venga más gente a verlo, y eso repercutirá en todo lo que se encuentren por el camino, como restaurantes y museos», señala Amparo Mera, trabajadora del Museo Etnográfico de Grandas de Salime. «La reapertura es una muy buena oportunidad porque supone la creación de puestos de trabajo», concluye.

Y es que este yacimiento, después de más de veinte años de trabajos y hallazgos que han aportado muchos datos sobre la vida en la región entre los siglos I y IV de nuestra era y después de tres años de parón «por motivos económicos» según el alcalde, Eustaquio Revilla, parece que no deja de sorprender.

«Es un hallazgo excepcional, que destaca y reafirma la importancia que ha tenido el descubrimiento de la «domus». Éstas son cosas que deben conservarse», admite María José Pérez, portavoz del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento.

La vuelta a las excavaciones ha despertado la alegría de todos en el concejo. «Es un tirón muy importante, los hallazgos de la "domus" son una evidencia más de la importancia que tiene el propio yacimiento, que es muy positivo para la villa y el entorno», apunta Eustaquio Revilla, alcalde de Grandas de Salime. «Hace tres años se paralizaron las excavaciones por la crisis económica, pero este año decidimos empezar a trabajar de nuevo en tareas de conservación y restauración de las ruinas ya descubiertas», revela el Alcalde.

Su opinión contrasta con la expresada por la oposición en el Ayuntamiento: «La excavación nunca debió haberse cerrado porque lo encontrado hay que conservarlo. Han estado tres años prácticamente abandonados», reprocha María José Pérez.

En el pueblo, la opinión favorable a la reapertura es común en todos. «Esperamos que suponga un incentivo para despertar al pueblo, que está un poco muerto», admite María Ignacia Queipo, vecina de Grandas de Salime. «La reapertura supone volver a funcionar otra vez como nunca se tendría que haber parado, porque hará que se vuelva a reconocer el castro y que haya más gente que venga a visitarlo», destaca Elena López, guía del Museo Etnográfico.

«El cierre influyó negativamente en el concejo, porque nos quitaron aquello que atraía a la gente. La reapertura nos da una razón para que la gente quiera desplazarse hasta aquí», señala Javier Díaz. «Si tenemos que hacer nosotros pinturas, las haremos», bromea Díaz.

De la misma opinión es Águeda Montesín: «De algo hay que vivir, y no está nada mal que sea de la cultura de nuestro pueblo».

Los grandaleses destacan la labor de los arqueólogos

Los grandaleses creen que nunca debió cerrarse el yacimiento. «Mientras haya algo que descubrir, la excavación debe estar permanentemente abierta», destaca María Ignacia, -en la fotografía, a la derecha- vecina del pueblo. «Con la reapertura se logró un hallazgo muy importante, ahora supone una atracción mayor», destaca María José Pérez. «Ojalá se siga trabajando como hasta ahora y se consigan conservar bien todos los hallazgos para lograr que el Chao sea un lugar atractivo», resume.

Las pinturas no surgieron de la nada, indican en Grandas. Expertos dirigidos por Ángel Villa lo consiguieron. «Los arqueólogos merecen toda la admiración», afirma María José Pérez, líder del PP en el Ayuntamiento. Sus convecinos destacan la aportación de los arqueólogos a la vida cotidiana. «Son muy dinamizadores de la actividad del pueblo, aportan mucho en el día a día», relata Benjamín Queipo, vecino y hostelero. En la fotografía, Águeda Montesín, en el museo del Chao.