Ana y Uge; Uge Pañeda (Gijón, 1980) y Ana Quiroga (Mieres, 1985) se conocieron en el año 2007. "Uge era DJ y teníamos muchos gustos en común. Nos hicimos amigas. En un principio queríamos un grupo electropunk, irreverente. Yo tocaba el bajo", relata a LA NUEVA ESPAÑA Ana Quiroga para explicar el nacimiento del dúo "Las Casi Casiotone (LCC), grupo de música experimental que hoy presenta en el Centro Municipal de La Arena de Gijón (19.30 horas, entrada gratuita) su proyecto "Fundición 2.1", un "spoken word" (recital de palabra y música) junto al poeta Javier Lasheras.

El dúo ya tiene un largo recorrido en la escena electrónica, se muestra muy satisfecho de su última intervención en la Noche Blanca de Oviedo ("nuestro mejor concierto", dicen) y en breve estarán en el festival Villa de Bilbao, un evento de altura y con rango en la escena musical española.

Uge vivió en Islandia y produjo música electrónica. Esta circunstancia fue clave para formar "Las Casi Casiotone", cuyo nombre tiene que ver con una historia cuando menos original: "Fuimos acumulando Casios que teníamos en casa. Teníamos un montón, y no sabíamos cómo meter el sonido. De hecho, a día de hoy, no hemos logrado meterlo en ninguna canción", explica el grupo, cuya puesta en escena se proyecta directamente sobre ellas: "Siempre somos nosotras dos; nunca ha intervenido nadie más". El sonido de "LCC" tiene que ver con la tecnología: "La base de todo es el ordenador, con instrumentos virtuales; llevamos teclado midi, pedales de efectos, guitarra y un sintetizador montado en una caja de puros", relata Ana Quiroga, que añade que es un "sinte" "que hizo un amigo de mi padre". Además, en alguna ocasión, se suma a su montaje en directo una videoconsola.

Si alguien se pregunta de qué va el sonido de "LCC", el mejor camino para llegar es la etiqueta "sonido experimental", aunque hay matices que pueden trasladarnos al sonido ambiente en el sentido de su labor de trabajo de campo.

El proyecto poético-musical que hoy presentan en Gijón (ya hicieron una previa en el Valey de Castrillón) tiene justamente un apoyo sonoro creado a partir del trabajo de campo: "Lo que hacemos con Javier Lasheras difiere musicalmente bastante de lo que hacemos. Es más esa labor de campo. Sonidos que recogemos con una grabadora; sonido ambiental, de la ciudad, del campo; sonidos concretos como algún objeto metálico, el agua, el viento, las rocas, todo eso los procesamos", cuentan "Las Casi Casiotone". Inciden en que por todo esto el proyecto de hoy, el "spoken word" con Javier Lasheras "quizás es más ambiental".

El proceso es a partir de un libro de poemas del escritor: "Escogimos diez. Él los recita en directo y nosotras le hemos puesto una banda sonora, no hay pausa musical y cada uno enlaza con el siguiente". Es el nuevo proyecto de este dúo de música experimental al que le gusta viajar por todo tipo de disciplinas, como hacer esta sesión con la profunda carga de un poeta.