La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Rosa, a su manera

La cantante evocó en Oviedo sus tiempos de "OT" con un revuelto musical que alcanzó piezas de sus álbumes, boleros, música disco y baladas pop

Rosa López, en plena actuación en el Filarmónica de Oviedo. Nacho Orejas

Rosa López, cualquier cosa menos divismo. La cosa musical suya, como todas, ya es para gustos, que para esos si hicieron oídos. Y el público (unos tres cuartos de entrada, buena para los tiempos que corren) que fue al teatro Filarmónica era muy fiel de Rosa López.

La cantante llevó al escenario un repertorio que fue una mirada por el retrovisor a "OT", a "aquella "academia", como ella mencionaba de cuando en cuando y entre pieza y pieza, que la lanzó a la fama. Incluso evocó su primera entrada. Y ése fue el corte del concierto, canciones de todos los registros que ella fue amoldando a su manera. Incluso animó a alcanzar los sueños y arrancó de plano recordando momentos suyos clave con "Desde la oscuridad". El arranque, lo completó con "Killing me softly", la eterna balada de Roberta Flack que se ha paseado por centenares de voces de todo el mundo.

Para entonces Rosa ya había dejado muy claro que ella es Rosa López, una persona normal que canta, no va de nada, lo que hace que conecte con la gente al instante, naturalidad que lleva hasta cuando los duendes traviesos se interponen. Arrancó con problemas en la petaca del inalámbrico que le cortaba la voz; igualmente lo resolvió con naturalidad. Y cuando empezaba con una que le compuso Perales, "De haber sabido", otro duende se atravesó en uno de sus músicos, pero una vez más su naturalidad hizo que todo transcurriera con normalidad. Así, pues, cantó "Mi pequeño gran rey", un guiño a Whitney Houston y también una gran emoción al acordarse de alguien muy querido. Se hizo una minipausa instrumental para que Rosa López reapareciera enfundada en un nuevo vestido y con un nuevo registro, el pasodoble "Suspiros de España", para enlazar con "La bambola" italiana, o una curiosa versión de "Something", de George Harrison; para más adelante encadenar con un bolero y a la siguiente (aprovechando para hacer otro cambio) un popurrí de Donna Summer, su ídolo, dijo. Y así hasta llegar a su canción eurovisiva... Lo dicho, un revuelto de canciones de todos los gustos, tipos y versiones que conformaron un concierto muy del estilo de aquel primer programa de cazatalentos que tanta repercusión tuvo en su día. De ahí salió Rosa López, otra Rosa teniendo en cuenta el cambio de imagen que ha experimentado en estos años. Así, pues, con la misma naturalidad que de costumbre dijo adiós antes del bis, no sin dar las gracias a todo el mundo y especialmente al público, al que ya antes le había agradecido que incluso algunos llegara a Oviedo antes que ella. Es Rosa López, a su manera.

Compartir el artículo

stats