El consejero de Sanidad, Faustino Blanco, ha planteado hoy a los grupos parlamentarios incorporar a la futura Ley de Drogas, que eleva de 16 a 18 años la edad mínima para consumir alcohol, una regulación que implante la misma de limitación de consumo para los cigarrillos electrónicos que para el tabaco.

Blanco ha trasladado esta propuesta durante su comparecencia ante la Comisión de Sanidad de la Junta General para informar sobre el proyecto de Ley de Drogas que, inicialmente, no contemplaba esta posibilidad cuando el texto fue aprobado por el Consejo de Gobierno.

Según el titular de Sanidad, la legislación estatal ha regulado ya el consumo de cigarrillos electrónicos a través de la normativa de consumo y su uso está prohibido ya en ámbitos como los centros docentes y sanitarios o en el transporte público.

Para el consejero, esta regulación acometida por el Gobierno central era necesaria pero no es "suficiente" y ha considerado "inadecuado" dejarla al margen de las políticas de salud pública dado que ya se ha constatado el efecto nocivo de este producto "que debe equipararse con el resto del tabaco sin excepciones".

En lo relativo al consumo de tabaco la ley se remite a las limitaciones a la venta, consumo y publicidad previstas en la estatal e incorpora la prohibición de fumar en las marquesinas cubiertas que sean lugares de espera en el transporte por carretera.

Además prohíbe el consumo de tabaco en los espacios con cubierta y rodeados lateralmente por más de dos paredes, muros o paramentos originados por el retranqueo de fachadas cuando su profundidad sea superior a un metro, una cuestión que, según Blanco, "clarifica" la normativa estatal "y así lo han entendido los hosteleros".

Blanco ha defendido un proyecto de ley al que se han presentado alegaciones fundamentalmente desde el ámbito empresarial y que, a su juicio, aborda un visión integral del problema del consumo de drogas sin limitarla únicamente a la imposición de medidas sancionadoras.

Al llamamiento al consenso del consejero se han sumado los portavoces de PP, IU y UPyD, que la han considerado en su conjunto "un marco adecuado" y "oportuno" para regular este ámbito mientras que Foro ha lamentado que el proyecto llegue con seis años de retraso respecto al resto de comunidades autónomas que ya habían fijado entonces en 18 años la edad mínima para consumir alcohol.

En lo relativo al alcohol, el proyecto prevé que la organización de pruebas de resistencia alcohólica sea objeto de una sanción económica de entre 10.000 y 600.000 euros así como con el cierre temporal, total o parcial del establecimiento, centro, local o empresa que lo organice por un periodo de hasta cinco años.

El texto tipifica esta actividad como infracción muy grave al igual que la venta o dispensación de alcohol a menores de dieciocho años que genere un daño grave e inmediato para la salud del menor.

Además prohíbe la promoción del consumo de bebidas alcohólicas en los espacios autorizados para su consumo mediante prácticas incitadoras de consumo abusivo como los concursos de resistencia o el ofrecimiento de consumiciones a precios inferiores a los que correspondan según la carta de precios de los establecimientos.

No obstante, en esta prohibición no se incluyen las celebraciones privadas, aunque se celebren en bares, siempre que se contrate de forma íntegra el servicio de hostelería y no se ofrezca a terceros por los organizadores la venta de consumiciones alcohólicas.

En el caso de los menores se considera infracción grave -multa de entre 601 y 10.000 euros- la venta de alcohol a menores de 18 años aunque, en el caso de que haya sido una persona de menos de 21 años la que facilitase la compra por razones de amistad, la infracción se considerará leve (multa de hasta 600 euros).

También cometerán una infracción leve los menores de 18 años que sean sorprendidos consumiendo bebidas alcohólicas aunque, en este caso, las sanciones que se les impongan podrá sustituirse por la realización de servicios a la comunidad o por la participación en programas socioeducativos de los servicios educativos o sanitarios.