Felipe VI y doña Letizia ya están en Oviedo para participar por primera vez como Reyes de España en la ceremonia de entrega de los premios "Príncipe de Asturias".

Los Reyes llegaron directamente al Auditorio Príncipe Felipe a las siete y media de la tarde para asistir al concierto de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) y el Coro de la Fundación que ofrecieron el "Réquiem en Re menor" de Mozart bajo la dirección de Rossen Milanov, titular de la OSPA.

"Letizia, Letizia", gritaron cientos de personas que esperaban tras las vallas en el entorno del auditorio de Oviedo. Felipe VI se bajó por la puerta izquierda del coche, saludó y se dirigió a su esposa, que descendió del vehículo por la derecha. Él comenzó a caminar y ella apoyó su mano en la espalda del Rey para dirigirle a la puerta del auditorio donde les esperaban las autoridades.

En octubre de 2004, Felipe, entonces Príncipe de Asturias, presidió por primera vez los premios acompañado de su esposa, Letizia. Él ha comentado que esa ceremonia marcó su vida. El fuerte aplauso del público a la Princesa, las lágrimas que estuvo a punto de derramar ella y que casi obligaron a un radiante Felipe a detener su discurso, dejaron huella en ambos. Diez años después, aquella pareja de recién casados, padres de dos niñas, regresan como Reyes de España. Él, de 46 años, peina ya bastantes canas, aunque mantiene su encanto; ella, de 42, hace todo lo posible para mantener su atractivo y demostrar que una periodista ovetense, nacida en la calle General Elorza, puede ser reina. Ambos se sienten estrechamente unidos a la Fundación y a sus premios, que, sobre todo en el caso de Felipe, han sido fundamentales para proyectar su imagen internacional.

El de mañana será el primer discurso de Felipe VI en el teatro Campoamor. Hasta ahora, era el de mayor trasfondo político y el más personal de cuantos pronunciaba a lo largo del año. El entonces Príncipe aprovechaba ese momento para ir desgranando su personalidad como futuro monarca. Ahora ya lo es. El Gobierno siempre ha conocido el contenido de los mismos. El de este año se espera con expectación. La delicada situación social y política del país es preocupante. Los casos de corrupción abruman. Es tiempo de mudanza.

La ceremonia, además, se ha convertido en una diana de protesta. La plataforma Marchas por la Dignidad ha convocado una jornada de lucha en Oviedo, coincidiendo con la entrega, y varios colectivos asturianos participarán en una concentración autorizada en la plaza de la Escandalera, convocada por la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI). La monarquía está en el punto de mira.

El pasado mes de junio, cuando su padre, el Rey Juan Carlos, abdicó, la monarquía atravesaba una severa crisis de popularidad. El CIS daba a la Corona un suspenso claro, un 3,72 sobre 10. Una encuesta publicada poco después por un diario nacional concluía que el 76% de los españoles aprobaba la abdicación y que el 56% elegía la monarquía como forma de Estado. En el momento en que se hizo, la opción monárquica ganaría por 20 puntos a la republicana.

Los datos, si se analiza otra encuesta del mes de enero de este año, indican que la monarquía de Felipe VI, renovada en muchos gestos, con unos reyes jóvenes que representan con dignidad a España, ha ganado apoyo. Entonces, era sólo del 49,9%.

El programa de los Reyes en Asturias apenas ha cambiado en relación al de otros años. Darán menos audiencias y no llegarán a Oviedo hasta hoy por la tarde, para asistir al concierto que abre oficialmente los actos. Mañana presidirán el acto de entrega y recibirán, en audiencia, a los galardonados con las medallas de Asturias de este año y a los de los premios fin de carrera 2013 de la Universidad de Oviedo.

A las doce y media se reunirán con los presidentes de los jurados, los miembros de los patronatos Príncipe y de la Fundación y los premiados de este año. El sábado viajarán a Boal para entregar el premio al "Pueblo ejemplar".

Probablemente, el Rey Felipe sienta mañana, cuando declare oficialmente convocada la próxima edición de los premios "Princesa de Asturias" y recuerde a su primogénita, Leonor, una emoción parecida a la que le embargó en aquel 2004. Han transcurrido diez años y la Fundación cumple 35. "Considero a la Fundación como algo profundamente unido a mi destino, en una España impulsada por la seducción del futuro y sus brillantes posibilidades", dijo en uno de sus discursos.