A veces, lo sencillo, lo menos sofisticado en apariencia, es lo más efectivo a largo plazo. "La espirometría permite medir la capacidad pulmonar y, a partir de ahí, se puede predecir la supervivencia de cualquier persona, tenga o no enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)", afirmó ayer en Oviedo Bartolomé Celli, neumólogo del Brigham and Women's Hospital, de Boston (EE UU).

El especialista de origen venezolano pronunció una conferencia en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). A su juicio, resultaría rentable para las arcas de la sanidad pública implantar programas de cribado de EPOC, mediante espirometrías, dirigidas a las personas que cumplan determinados criterios, entre ellos ser fumador mayor de 40 años, tener tos, disnea, esputo, antecedentes familiares... "Existen estudios que demuestran su rentabilidad. Además, que a un fumador se le diga que tiene 50 años pero que sus pulmones corresponden a una persona de 70 es un argumento muy persuasivo para que deje el tabaco", explicó.

La EPOC es un concepto médico que incluye patologías como enfisema pulmonar, bronquitis crónica, tos del fumador... En todas ellas, el tabaco suele desempeñar un papel fundamental. Con la consiguiente presencia de una espada de Damocles llamada cáncer. "Hay 16 veces más casos de cáncer en fumadores con EPOC que en fumadores sin EPOC", enfatizó el neumólogo afincado en Boston. Y para prevenir la obstrucción pulmonar, "lo primero que se debe aconsejar es no fumar nunca; y lo segundo, dejar de fumar. Cuanto antes se deja de fumar, mejor: menor riesgo de cáncer".

A juicio del doctor Celli, en un sistema sanitario público, como el español, "no sería descabellado" implantar un programa selectivo -no universal- de cribaje a base de espirometrías, "no tanto para diagnosticar EPOC sino para medir la capacidad del pulmón y efectuar diagnósticos precoces de diversas enfermedades".

La espirometría es un estudio indoloro que se realiza respirando en una boquilla conectada a un instrumento llamado espirómetro. Mide el flujo de aire. Al cuantificar la cantidad de aire que uno exhala y la rapidez del proceso, resulta útil para evaluar un amplio rango de enfermedades pulmonares. "Es una prueba mucho más barata que una colonoscopia, un escáner o que muchos análisis de sangre. Es barata, simple, sencilla y de coste asumible", precisó Bartolomé Celli.

"Hay espirómetros en todos los centros de atención primaria y en los hospitales. El problema de una espirometría es que hay que saber hacerla. Nosotros nos hemos ofrecido a impartir cursos en los centros de salud. Incluso sería posible hacerlas en farmacias", señaló Pere Casan, organizador de la conferencia del doctor Celli en su condición de director del área de gestión clínica de pulmón del HUCA y responsable del Instituto Nacional de Silicosis.

El especialista venezolano es el creador de BODE, un acrónimo surgido en marzo de 2004 a partir de un artículo que publicó en la prestigiosa revista "The New England Journal of Medicine". BODE designa, en inglés, cuatro síntomas: masa muscular, obstrucción de las vías aéreas, disnea y capacidad de ejercicio físico. Y es que, por vez primera, quedó acreditado, con todos los avales científicos, que la EPOC provoca daños fuera del pulmón, tales como pérdida de masa muscular, osteoporosis, arrugas en la piel, destrucción de los alveolos pulmonares (no sólo de los bronquios), pérdida de capacidad de hacer ejercicio. "El BODE se usa mucho como indicador para estratificar la severidad de la enfermedad. Ese trabajo puso números al riesgo de muerte prematura en función de parámetros sencillos de medir. El doctor Celli popularizó en todo el mundo el acrónimo BODE", ensalzó Pere Casan.

Con todo, el neumólogo del Brigham and Women's Hospital sostiene que "mi mayor orgullo es haber intervenido personalmente en la formación de 60 médicos, entre ellos unos 15 españoles".