Con la idea de desgranar y debatir sobre "Los girasoles ciegos", la obra de Alberto Méndez que recibió en 2005 el "Premio Nacional de Narrativa", el profesor, escritor y crítico de LA NUEVA ESPAÑA, Francisco García Pérez, realizó ayer un taller literario para cerrar la VI edición del "Aula de lectura de prosa", en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo.

Pero su discurso transcendió a todas las pautas de análisis de contenido propiamente dicho y decidió abordar en profundidad el continente de la obra. "Es imposible contar el contenido de 'Los girasoles ciegos' sin observar y entender cómo está escrito. El estilo es lo que convierte este texto en una obra de arte y no en una cosa". Bajo este argumento, Francisco García defendió que no todo lo que se edita puede ser considerado literatura. "La literatura existe para decir lo que el lenguaje corriente no dice o no puede decir. Si significara lo mismo que ese lenguaje corriente, la literatura no tendría razón de ser", dijo parafraseando a Tzvetan Todorov, premio "Príncipe de Asturias" de Ciencias Sociales en 2008. Una razón de ser que, en su opinión, cumple de sobra la obra de Alberto Méndez.

Tras recitar un poema de Miguel de Cervantes, que el autor incluyó en la primera parte de "El Quijote", de 1605, "que le gustaba mucho a Méndez y que tiene mucha relación con 'Los girasoles ciegos', el crítico insistió en el valor del estilo para poder considerar este libro de cuentos literatura. "Los girasoles ciegos' dice lo que no dice el lenguaje corriente de la derrota en la Guerra Civil, de una forma que solo puede hacerlo la literatura. Y eso solo se consigue con un estilo potente, entendiendo por ello no una manera de vestir el texto, sino una forma de contar, de buscar la palabra exacta, el giro preciso y la organización adecuada de los materiales narrativos, que contados de otra forma, solo serían cháchara de taberna".

"Los girasoles ciegos" es la única obra que escribió Alberto Méndez, pero como destacó ayer el organizador de este aula, el también crítico de este diario y profesor de la Universidad de Oviedo, Eduardo San José, "no le hizo falta más para convertirse en un autor fundamental del cuento español contemporáneo". Ambos coincidieron en que "leer es escribir" porque lo primero "no es un acto pasivo".