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Un mecenazgo que se desplaza

La Fundación María Cristina Masaveu, medalla de oro del Ayuntamiento de Madrid, desarrolla numerosas actividades culturales en la capital española, en la que tiene su sede

"El expolio de Cristo", del Greco, en la exposición de Madrid. A la derecha, el palacio de la calle Alcalá Galiano.

"Me gustaría dedicar esta medalla como homenaje a mis mayores, que con dedicación, inteligencia y esfuerzo han sido creadores de empleo y riqueza allí donde se han ubicado, desde hace 175 años". Fernando Masaveu, sexto presidente de la Corporación Masaveu, cuarta generación familiar en Asturias, agradecía con estas palabras, el pasado 15 de mayo, la medalla de oro que el Ayuntamiento de Madrid concedió a la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, de la que también es presidente, por su labor de mecenazgo y coleccionismo.

"Todos ellos", añadió Fernando Masaveu, "han tenido siempre una especial sensibilidad por la cultura y el arte, que han legado hasta nuestros días, acercándolo, a través de esta Fundación, al servicio de una sociedad civil, que tiene el derecho a disfrutar y el deber de preservar, los tesoros patrimoniales que la historia y la creación humana han hecho posibles a través de los siglos".

El Ayuntamiento madrileño reconocía el trabajo de la Fundación en la "conservación, recuperación y difusión del patrimonio histórico y su aportación a la vitalidad cultural de Madrid".

El mecenazgo cultural y educativo es una de las señas de identidad de la familia Masaveu. Pedro Masaveu y Masaveu, padre de María Cristina y de Pedro Masaveu Peterson, fue el fundador, en 1954, de la Fundación Masaveu, centro de formación profesional que educó y continúa haciéndolo a miles de asturianos. La música y el arte fueron dos de sus pasiones. Hizo de su casa familiar, el palacio de Hevia (Siero), un lugar de encuentro de artistas y escritores. Allí compuso Federico Mompou sus "Improperios"; allí se custodia aún hoy una magnífica colección de pintura, de pianos y de otros objetos artísticos, y allí residió María Cristina Masaveu hasta su muerte, en mayo de 2006.

Elías Masaveu Alonso del Campo, padre de Fernando Masaveu Herrero y cuarto presidente de la Corporación, solía decir que el dinero no tiene un único propietario. Se consideraba responsable social no sólo de las más de mil familias que vivían del Grupo Masaveu, sino de toda una historia y tradición que tenía su origen en Castellar del Vallés (Barcelona) -pueblo originario de la familia- y se asentaba en el Principado.

Bajo el liderazgo de Fernando Masaveu (Oviedo, 1966), Madrid parece haberse convertido en escenario principal de las actividades culturales de la institución creada por María Cristina Masaveu. Licenciado en Derecho -él ha declarado que de joven su aspiración era ser arqueólogo-, Fernando Masaveu y su esposa, Carolina Compostizo Rodríguez, directora de la institución, residen habitualmente en Madrid, al igual que los cuatro hermanos del presidente. La carga impositiva del Principado, con unos impuestos de patrimonio y sucesiones que se reducen mucho en la comunidad madrileña, parece estar tras esta decisión. Por otra parte y por voluntad de su fundadora, que deseó darle un carácter nacional, la sede social de la Fundación también está en la capital española.

En los últimos años, la Fundación María Cristina Masaveu ha colaborado con el Museo del Prado facilitando su apertura nocturna en "La noche blanca" en dos ocasiones; ha presentado en Madrid las exposiciones fotográficas "Miradas de Asturias", un proyecto que nació con el objeto de crear un fondo de obra inédita sobre el Principado y sus gentes, en visión personal de fotógrafos de prestigio. Hasta el momento se han realizado y presentado, en Madrid, las realizadas por Alberto García-Alix -la única, por el momento, que se vio en el Principado y que viajó fuera de España-, José Manuel Ballester y Ouka Leele. La visión de Joan Fontcuberta será la siguiente.

En noviembre de 2013, se presentó en el Palacio de Cibeles la exposición "Del Románico a la Ilustración: Imagen y materia", una selección de obras de la Colección Masaveu, comisariada por Ángel Aterido, profesor de la Universidad Complutense y destacado especialista en el Barroco.

No era la primera vez que se veía una parte significativa de la colección. En 1988, a iniciativa de Pedro Masaveu Peterson y con motivo del VI Centenario del Principado de Asturias, se pudo ver la titulada "Obras maestras de la Colección Masaveu", dirigida por el historiador y exdirector del Prado Alfonso Pérez Sánchez, ya fallecido.

A su muerte, en 1993, la colección de Pedro Masaveu Peterson pasó a formar parte del museo asturiano, en pago impositivo de los derechos sucesorios y tras un largo pleito del Principado con la Comunidad de Madrid. En el litigio desempeñó un papel muy destacado, a favor de Asturias, la residencia del financiero en Hevia. En la actualidad, el palacio de Siero, al igual que el edificio de Castellar del Vallés, "forma parte del patrimonio de la Fundación y contribuye al desarrollo de sus fines conviviendo con oficinas administrativas", indica Álvaro Sánchez, secretario de la Fundación.

La tierra natal de Fernando Masaveu, sin perder protagonismo, está teniendo un perfil más discreto en las actividades de la institución, aunque en los fines fundacionales de la misma se expresa la voluntad de volcarse, "de una manera especial en Asturias", en todo lo relacionado con el patrimonio histórico, la música y las artes.

"Asturias es y será, por razones obvias, siempre un espacio privilegiado en nuestra programación. El presidente, Fernando Masaveu, actúa de manera muy fiel y con gran sensibilidad en este sentido. Por constitución, la Fundación es de ámbito nacional por lo que sus actuaciones se dispersan también por toda la geografía nacional e internacional, cuando se trata de difundir la cultura española", afirma Álvaro Sánchez.

Becas a la excelencia académica, que permite a los alumnos completar su formación en universidades de excelencia internacionales y en diferentes países del mundo; la ayuda al Festival de Ópera de Oviedo, la colaboración con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) -la Fundación financió un concierto en el Vaticano, ante el Papa Benedicto XVI en 2011 y, el año pasado, el de uno de sus grupos de cámara en Nueva York -; la reciente cesión temporal al Museo de Bellas Artes de Asturias de la "Virgen con el Niño" de Murillo; colaboraciones en la recuperación del patrimonio y la próxima edición del catálogo razonado de la obra de Joaquín Rubio Camín son algunos de los proyectos recientes en el Principado.

Las becas en la Escuela Reina Sofía de Música y la Fundación Albéniz, la rehabilitación y publicación de libros sobre el patrimonio histórico, la edición de obras literarias, como el "Cuaderno autógrafo. Códice Durán-Masaveu" de Lope de Vega, editado en colaboración con la Real Academia Española (RAE), con la que ha llevado a cabo otras ediciones, son otras actividades de ámbito nacional.

"Nuestra colaboración con las instituciones asturianas es constante", indica Álvaro Sánchez. Pero, teniendo en cuenta que "nuestra labor es de ámbito nacional, y por tanto los proyectos y actividades tienen esa dimensión, buscamos que los efectos sean del mayor ámbito", añade.

En el tiempo en que Pedro Masaveu Peterson presidió el grupo, se habló de la posibilidad de vincular la colección de arte familiar al Principado. El Gobierno del entonces presidente Pedro de Silva, con quien el financiero mantenía buenas relaciones, llegó a barajar algunos edificios históricos asturianos como posible sede. Considerada una de las colecciones privadas más importantes de España, se custodia entre Asturias y Madrid.

"La Colección Masaveu es privada y a nosotros, como Fundación, nos han responsabilizado de su gestión y siempre procuramos que, con las limitaciones aconsejables derivadas de la debida conservación de sus obras, darla a conocer mediante exposiciones temporales, préstamos a otras instituciones y acuerdos de colaboración con museos, y así se está haciendo también en Asturias, donde hay colaboración constante con el Museo de Bellas Artes", subraya Álvaro Sánchez.

Sin embargo, uno de los planes culturales de futuro de la Fundación está en la calle Alcalá Galiano de Madrid, donde ha iniciado la rehabilitación de un palacio que probablemente esté finalizada dentro de año y medio.

"Nuestra actividad creciente aconsejaba disponer de espacios más amplios de trabajo y desarrollo de actividades propias. Se presentó la oportunidad de un espacio singular en Madrid, de valor histórico. Se trata del desarrollo de un centro propio que sea polivalente y permita aunar las actividades culturales propias, exposiciones, conferencias, cursos, presentaciones, con las necesidades de espacios de administración y oficinas que exige la gestión de la Fundación y sus diversas áreas de funcionamiento", explica Álvaro Sánchez.

La imparcialidad y la generalidad son los criterios que sigue la Fundación a la hora de elegir los proyectos de mecenazgo, según explica su secretario. Dentro del plan director anual que aprueba el patronato y somete al protectorado, se pretende, tanto en sus actividades propias como en sus proyectos en colaboración con otras instituciones públicas y privadas, "la actividad cultural, la protección del patrimonio histórico, la formación de la juventud y la investigación científica, buscando que cada proyecto favorezca al mayor número de personas posibles o tenga el mayor retorno a la sociedad, en orden a contribuir a una sociedad más justa, libre y equilibrada".

¿Se siente la Fundación más reconocida en Madrid que en Asturias? "Nos sentimos cómodos y reconocidos en todas partes. Ahora, es cierto que la medalla de oro de Madrid nos ha llenado de alegría y satisfacción y constituye todo un estímulo a nuestro trabajo, por lo que la agradecemos profundamente".

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