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Una mujer culta, liberal y discreta con visión de futuro

El 5 de mayo de 2006, seis meses antes de su fallecimiento, Cristina Masaveu Peterson formalizaba la constitución de la fundación que lleva su nombre. Aportó a la nueva institución 130 millones de euros de su patrimonio personal y puso al frente de la misma a Fernando Masaveu, primogénito de Elías Masaveu. En el patronato inicial sólo figuraban otras dos personas más, la esposa de Fernando Masaveu, Carolina Compostiza, y Pedro Ángel González Esteban, representante de una sociedad administrada por Fernando Masaveu.

Hija de Pedro Masaveu y Masaveu y de Juj Peterson Sjonell, cursó estudios de piano en Oviedo y Madrid. Desde su juventud, viajó y residió fuera de Asturias, a la que volvía ocasionalmente. A la muerte de su padre, en 1969, delegó sus responsabilidades empresariales en su hermano pero, a la muerte de éste, regresó a Hevia, una residencia de la que, según se recoge en la biografía de la página web de la Fundación, guardaba buenos recuerdos, vinculados a su padre.

Se la describe como mujer abierta, de espíritu liberal, muy culta y sensible, generosa y comprometida con muchas causas sociales, de profundas convicciones, que desarrolló toda su vida con discreción, marca esta última de toda la Corporación Masaveu.

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