El aeropuerto de Barcelona se ha convertido desde el viernes en el inesperado lugar de residencia de Buddy, un perro procedente de un vuelo de Estados Unidos al que esperaban en la Ciudad Condal personas próximas a su propietario. Sin embargo, Buddy no ha podido pasar el control fronterizo al ser imposible de leer el microchip que porta y que acredita si ha recibido las vacunas correspondientes.

Ante esta situación, el entorno de sus dueños ha abierto en change.org una petición para solicitar a las autoridades de El Prat que pongan en libertad a Buddy. El perro, un cachorro de corta edad, procede de Estados Unidos y su dueña, que es española, lo adquirió en este país.