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GUILLERMO SIMÓN | Pintor, inaugura hoy una exposición en la Fundación Cardín

"Siempre me obsesionó la textura del agua, me gusta lo efímero, lo irrepetible"

"La pintura es una cosa muy de taller, debe hablar por sí misma con el color y el ritmo de todos los elementos plásticos"

Guillermo Simón, en su estudio de Muslera (Villaviciosa). MARCOS LEÓN

Guillermo Simón (Villaviciosa, 1968) pasó los primeros siete años de su vida en Lastres, villa marinera de la que es oriunda su madre. Sus salidas a la mar con el abuelo y su vida allí se combinaron, años después, con el magisterio pictórico de su otro abuelo, también Guillermo Simón. El agua, casi siempre el mar, es la referencia de su pintura, pero en su proceso creativo, que tiene mucho de descubrimiento y reflexión, juegan un papel fundamental el color, la textura y el ritmo de todos los elementos plásticos. Se nutre de un territorio en plena naturaleza -vive y trabaja en su estudio de Muslera, en Tornón-, en la margen derecha de la ría villaviciosina. Hoy inaugura en la Fundación José Cardín, en Villaviciosa, la exposición "Geografías del mar", veinticuatro obras, la mayoría óleos sobre papel, que muestran a un artista en uno de sus mejores momentos creativos.

-El mar es una de sus señas de identidad, y el de ahora es embravecido, tormentoso y romántico. ¿Qué le sugieren los temporales?

-Me parecen muy plásticos, son demoledores, me gusta cómo rompe la ola y lo irrepetible del instante. Llevo una temporada pintando esos temporales que azotaron la costa en los dos últimos inviernos. La línea evoca ciertos recorridos de los pintores románticos, bajo la influencia de Turner. Pretendo solamente centrarme en la expresión de la pintura, que proyecte una serie de emociones, como pulsiones. La pintura, si tiene vigencia, debe ser algo que cree nuevas realidades puramente plásticas, que puedan remitir a la mar en mi caso, pero en el fondo son salpicados, texturas, vertidos que crean emoción a partir de los propios accidentes pictóricos. Lo bueno de esta pintura es que partes de una referencia y luego te va llevando a nuevos descubrimientos.

-¿Cómo influye el entorno en su obra?

-El gusto por la vida y lo acuático procede de Lastres. Luego está mi hábitat, vas absorbiendo tu entorno y como está en continuo movimiento te da inspiración suficiente para crear a partir de impresiones. Siempre me obsesionó mucho la textura del agua, de los efectos plásticos que produce, me gusta lo efímero, lo irrepetible, por eso juego mucho con el azar, pero busco un azar bastante controlado, intento dominarlo para conseguir los efectos plásticos que me interesan.

-¿Qué siente cuando, como ahora, ve colgada la obra después de tanto trabajo?

-He trabajado en esta exposición y en la que hice en Valladolid prácticamente todo el año, pero estoy satisfecho porque estaba en plena fiebre creativa y cuando eso sucede la aprovecho, me encierro y siempre te abre nuevos caminos. Soy muy autoexigente, desecho bastante. Para esta exposición hice más de cien obras y quedaron 57. Me gustan los resultados, aunque los artistas somos los eternos insatisfechos. El disfrute está en el proceso, lo que me interesa de la pintura es el descubrimiento y el autodescubrimiento. La pintura es una cosa muy de taller, debe hablar por sí misma, con el color, con la textura, con el ritmo y con todos los elementos plásticos. La parte literaria me interesa menos.

-¿Qué lugar ocupa en el proceso el aspecto comercial, es decir, la necesidad de exponer y vender?

-Cuando uno está imbuido de la obra no existe otra preocupación, es un vuelco de energía y hay que estar plenamente dedicado a ella. Acabo de exponer en Valladolid y la repercusión fue muy buena, pero buscar un lugar para exponer es una tarea agotadora.

-Y las opiniones sobre sus obras, ¿le interesan?

-Me gusta que la gente que me sigue tenga sensaciones diferentes y proyecte sus propias historias en mis cuadros, eso hace que la pintura sea interactiva y no esté muerta, y pueda competir con las nuevas tecnologías. ¿Qué puede hacer que la pintura siga vigente desde hace al menos 35.000 años? Yo creo que es una necesidad casi espiritual.

-Estamos en pleno cambio de Gobierno. ¿Qué pediría a los nuevos responsables culturales para las artes plásticas?

-Una programación de calidad y no excluyente, en la que entren todos, sin que te aparten por los medios que utilices. Y una mayor proyección. En Asturias hay mucha calidad, gente muy buena.

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