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La diversidad sexual se reivindica

Tres generaciones de activistas asturianos denuncian la homofobia que todavía existe en la sociedad y reclaman más atención a los problemas de otras minorías

"Mientras en otros países sigan tirando a los gays de la azotea tenemos que seguir reivindicando y ser un referente". Así de contundente se muestra la activista Yosune Álvarez, presidenta de Xente Gai Astur (Xega), la asociación asturiana que agrupa al movimiento LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales). Y es que aunque España sea el país más tolerante del mundo con la homosexualidad, según un informe de 2013 del PEW Research Center, la lucha por la igualdad entre todas las personas, sea cual sea su orientación sexual, no ha terminado. Quince delitos de odio tuvieron este motivo el año pasado en Asturias.

La homofobia todavía se nota en el ámbito laboral, señala el profesor de Secundaria José Manuel González, donde no se tolera la "pluma" en los hombres y el "martillo" en las mujeres. "La homofobia es una cultura, como matar toros. Si eres visible, la noche del fin de semana es brutal", declara.

El joven parado Diego Miller habla de la discriminación que persiste en las zonas rurales, donde uno puede ser todo lo amoroso que quiera, pero en su casa, y aún hay casos de expulsados a pedradas. O en el lenguaje, con términos como "maricón" y "travelo" o la asimilación de bisexual a "vicioso".

La situación ha variado enormemente desde los años 80 y 90, recuerda González, uno de los fundadores de la asociación: "El SIDA era mortal. Xega surge el 1 de diciembre de 1992 para combatir la enfermedad y para la prevención". Además, Xega se ha distinguido por la lucha contra los estigmas sociales, la igualdad de derechos y muy especialmente por educar más.

De un modo más personal, José Manuel González refiere que el panorama "ha cambiado muchísimo". Y añade: "En el barrio y en la familia había gente que no sabía ni pronunciar la palabra homosexual"; sin embargo, "sigue siendo difícil ser adolescente homosexual, pero los padres se vuelcan". "Antes no sentía el apoyo, lo respetaban pero a mí no me acompañaban a un bar de ambiente", dice Yosune Álvarez, que observa la presencia de menores "trans" cada vez más jóvenes. Para Miller, "ha mejorado, pasa de ser la típica homofobia de que te puedan insultar a más sutil".

Hay homofobia "liberal", coinciden los tres, la de quienes creen que está todo conseguido (algo "gallina", adjetiva González") o la de aquellos a los que les molestan las muestras de afecto no heterosexuales en público.

Como asociación, de la que los tres son directivos, constatan una relación "cordial" con los políticos, pero "hay ideología", según José Manuel González, y se llevan mejor con la izquierda que con la derecha. Yosune Álvarez precisa que no llamaron a ningún partido antes de las elecciones, pero que como interlocutores hablaron con quien quiso reunirse con ellos. Con la Iglesia, distinguen entre la jerarquía, "pilar de la LGTBfobia" y la base, con la que se entienden. También colaboran con otros grupos como los Consejos de la Juventud, Plataforma Feminista de Asturias, sindicatos y la Xunta por la Defensa de la Llingua.

La situación actual la resume la presidenta de Xega en cuatro palabras: "Queda mucho por hacer". Por ejemplo, en el ámbito político -las banderas arcoiris en las instituciones son un signo de avance, subraya- y en el educativo, donde es preocupante el acoso escolar. González valora que Asturias es un "territorio acogedor y favorable en política, se han hecho muchas cosas, no es lo mismo ser gay en Castilla". No obstante, recuerda, "en los espacios de ocio la homofobia está en su campo", y alude a una agresión reciente en un local gijonés. Miller lamenta que les llegan casos de ataques, pero la gente no quiere denunciar, porque significa visibilizarse. Reivindica para Asturias una ley contra la LGTBfobia similar a la que existe en Cataluña y otra para transexuales.

Entre las principales reivindicaciones que el movimiento tiene ahora está el acceso a la reproducción asistida para parejas de mujeres y mujeres solas, costeada por la Seguridad Social. "La Consejería de Sanidad no lo acaba de aprobar y tampoco a nivel estatal", recrimina Álvarez. El profesor reclama más atención para las personas asiladas porque en sus países las persiguen y critica las relaciones con países homófobos como Arabia Saudí o Rusia. Miller reclama "referentes" y que no se firmen convenios de adopción con países discriminatorios.

Diego Miller afirma que el movimiento "está abierto a quien venga y nuestra lucha es la misma: reivindicar derechos que por no ser heteronormativos no tenemos". Asexuales, intersexuales, demisexuales, poliamorosos, pansexuales, transgénero... "La heterodoxia del campo sexual", sentencia González.

Álvarez creía que se iba a "jubilar" con la aprobación del matrimonio homosexual en 2004, pero el futuro del movimiento se presenta abierto. "Se empieza a normalizar la homosexualidad, pero queda todo lo demás fuera", dice Miller. "Una cosa es España y Occidente y otra el mundo", subraya González. Y apostilla: "El futuro es agridulce, pero más agrio que dulce".

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