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El polémico "motor imposible" se enciende de nuevo

El EmDrive, si se confirmara que funciona, permitiría a una nave alcanzar Marte en 70 días

El polémico "motor imposible" se enciende de nuevo

La física es más sólida que el Código Penal: quebrantar una de sus leyes es imposible, aunque muchos lo han intentado con denuedo a lo largo de los siglos. La comunidad científica somete a examen desde hace tiempo uno de esos intentos: el polémico "motor imposible" denominado EmDrive, que patentó hace quince años el ingeniero británico Roger Shawyer. Si funcionase permitiría construir cohetes con una fantástica capacidad de propulsión y un mínimo combustible que permitirían incluso considerar factibles los viajes interestelares. El precio es el de quebrantar una de las leyes más asentadas de la física. Un ingeniero alemán, Martin Tajmar, acaba de anunciar en una conferencia de aeronáutica en EE UU que ha detectado pequeños impulsos que podrían ser compatibles con el funcionamiento del motor, pero que aún no pueden considerarse resultados fiables.

El motor EmDrive se sustenta en una idea que suena un poco a los fallidos "perpetuum mobile" que durante siglos trataron de diseñar personajes diversos: mecanismos que, tras un impulso inicial, continuarían moviéndose de manera infinita. Las leyes de la física han sido implacables y ningún diseño ha sido jamás efectivo, aunque florecen de tanto en cuanto.

El británico Roger Shawyer ideó en el año 2000 un sistema de propulsión que, de manera muy simplificada, consiste en conectar un microondas a una cavidad con forma de tronco de cono: es decir, similar a la pantalla de una lámpara de pie. Las microondas dentro de la cavidad deberían ejercer mayor presión en la parte más ancha respecto a la estrecha, con lo que el resultado neto sería una fuerza en esa dirección. El único combustible necesario sería el que permitiese generar la energía eléctrica para hacer funcionar la fuente de microondas.

Pero esa propuesta obvia una ley asentada desde la época de Newton y que jamás se ha puesto en duda: la conservación del momento lineal. Es decir, para que un objeto se vea empujado hacia adelante tiene que empujar algo hacia atrás. Ésa es la clave de los sistemas de propulsión: el cohete asciende porque lanza hacia atrás los gases que son el resultado de la combustión.

El EmDrive ha animado un encendido debate científico. Roger Shawyer abandonó su empleo para desarrollar su idea, fundó una empresa, construyó un modelo del motor y realizó mediciones que, afirmó, probaban su planteamiento. El primer artículo fue admitido por la conocida revista científica "New Scientist", aunque se trata de una publicación en la que los trabajos no se someten a la revisión de pares (análisis previo por parte de especialistas de idéntico nivel que el autor).

Aunque el "motor imposible" fue atacado de manera virulenta por la comunidad científica con críticas al sistema de medición y a posibles errores de concepción del experimento, un grupo de investigadores chinos encabezado por Juan Yang repitió la prueba en 2010 y afirmó que obtenía resultados positivos: el motor era levemente empujado, en una cantidad minúscula pero considerable. En 2014, el investigador de la NASA Harold White afirmó también haber conseguido una constatación de que el EmDrive funciona. White ha llegado incluso a buscar una justificación que "salve" las leyes de la física al afirmar que la explicación hay que buscarla en fenómenos asociados al vacío cuántico y la creación de burbujas de espacio-tiempo: lenguaje propio de "Star Trek".

Y aunque suena a ciencia ficción y es cierto que la NASA explora nuevos sistemas de propulsión, la agencia espacial norteamericana ha mantenido silencio oficial sobre la confirmación del experimento. La comunidad científica atribuyó las supuestas medidas de un pequeño empuje del motor a efectos de convección del aire al sobrecalentarse el sistema.

El último episodio se ha producido esta semana. Martin Tajmar, profesor de la Universidad de Dresden (Alemania) especializado en sistemas espaciales, junto con G. Fiedler, del Instituto Americano para la Energía y la Propulsión Aeronáutica de Orlando (EE UU), han presentado los datos de un nuevo experimento que, aseguran, confirma los anteriores, aunque los autores no descartan que puedan existir errores no detectados aún. De hecho, algunos investigadores que han analizado el informe sospechan que todo se deba a unos falsos positivos por defectos en el diseño del experimento.

Mientras, el padre del motor EmDrive, Roger Shawyer, denuncia con vehemencia una presunta conspiración para anular su "mágico" sistema de propulsión, al tiempo que los contrarios le acusan de pretender únicamente obtener financiación para una idea que a ojos de la ciencia no tiene sentido.

Si el motor electromagnético de Shawyer funcionase permitiría a una nave espacial alcanzar Marte en 70 días, Plutón en 18 meses y llegar a la estrella más cercana, Alpha Centauri, en 100 años. ¿Estamos ante un hallazgo que puede hacer que se tambaleen los cimientos de la física y que evidencia mecanismos aún desconocidos? La comunidad científica se muestra muy escéptica. Otro tanto ocurrió con aquellos neutrinos que presuntamente viajaban a una velocidad mayor que la luz y cuya explicación estaba finalmente en un fallo de conexión eléctrica en el sistema de medida. Y es que derogar una ley física no es sencillo. Como afirma la expresión: afirmaciones extraordinarias necesitan evidencias también extraordinarias.

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