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FRAN SARIEGO | Actor de cine y teatro, protagoniza la película "Todo el tiempo del mundo"

"No me siento valorado como actor, en Asturias no hay interés por nosotros"

"Tengo tendencia a que me salga la comedia, sin embargo en el audiovisual hago personajes con más complejidad, atormentados"

Sariego, en la avenida de Santander de Oviedo. TERESA SUÁREZ

El actor langreano Fran Sariego es el protagonista de "Todo el tiempo del mundo", la última película del director José Antonio Quirós, que se estrenará en cines el próximo septiembre. También aparece en los tres primeros capítulos de "Aquí el paraíso", la versión para la TPA que llegó a los espectadores el año pasado. Da vida a Fran Grullos, un actor dependiente de las pastillas que deja Madrid para volver a Asturias, mochila en mano, buscando respuestas sobre su propia identidad.

-En su última película interpreta a un hombre en busca de sí mismo. ¿Se está especializando en personajes atormentados, como Mario en "Cenizas del cielo"?

-Algo va por ahí. Precisamente estoy reconstruyendo el "videobook", veo el corte de los personajes y es cuanto menos llamativo. Uno no sabe muy bien por qué sucede esto. Como contrapartida, en el teatro suelo hacer básicamente comedia, en general amables o disparatadas. Sin embargo, en el audiovisual (en la televisión, que es un medio más comestible) son personajes con un punto de complejidad, atormentados, por qué no.

-¿En qué registro se siente más cómodo?

-Tengo tendencia a que me salga la comedia con facilidad, un coeficiente de estupidez innata o algo así. Si fuese por mi preferencia, siempre diría el drama.

-¿Notó cambio entre la versión de televisión y la cinematográfica de la película?

-No, porque ahí es el director el que escoge el hilo de lo que quiere contar. Yo intentaba salpicar un poco de todo, condimentar de alguna forma la historia. Va con puntos de comedia, aunque el tono sea poco amable. Quirós eligió en cada versión lo que más le interesa para relacionarse con el espectador.

-¿Qué ha sido lo más difícil de este filme?

-Intentar apartar al personaje de mí. Que hubiese una confluencia podría ser bastante sencillo, y después intentaba que fuese yo.

-¿Y lo más fácil?

-Que al ser un equipo pequeño, estábamos en sintonía, porque las instrucciones te llegan con facilidad. El equipo se conoce en seguida y, sobre todo, hay un margen de confianza. No hay un temor a la equivocación.

-Ha estado muchas veces a las órdenes de Quirós. ¿Cómo es trabajar con él?

-Cuando empezamos fue una especie de apuesta ciega. Nunca hice un casting, nos encontramos un día, hice una entrevista, me llamó e hice la primera película, "Pídele cuentas al rey". Ya son cerca de veinte años, y para bien o para mal nos entendemos perfectamente a todos los niveles, a veces como un matrimonio bien avenido y otras veces mal.

-Recientemente, en un coloquio, afirmó que el teatro no tiene el mérito que se le atribuye. ¿Por qué?

-Lo que dije era al revés. El teatro es una versión de la interpretación muy muscular, más relacionado con lo físico de lo que piensa la gente. Para mí el cine es más cerebral. El teatro está castigado desde siempre, porque está apartado de la sociedad. En Asturias hay miles de problemas, pero en los veinte años que conozco esto, ha sido una nula voluntad política de potenciar el teatro. En ese sentido, el teatro es un hecho cercano a la heroicidad. El cine está pasando por un momento parecido. Insisto, es una cuestión política, no hay que ir mucho más allá. Después podemos hablar de industria, de cuotas de pantalla, de lo que copa el cine americano...

-También aseguró que el cine está muerto. ¿Qué vendrá después?

-Tiene que venir por necesidad, hoy en día la taquilla ha desaparecido y más allá de cómo petardea Telecinco las películas de Mediaset no hay absolutamente nada. No hay una demanda de cine porque el espectador se ha ido. Tiene que nacer una forma o una plataforma nueva. Es algo así como lo que pasó con el teatro cuando apareció la televisión. Primero quedó relegado pero luego pidió su propio espacio porque el teatro es un arte único, es imposible que desaparezca. Creo que con el cine pasará igual.

-¿Es un problema de que a la gente no le interesa el cine o de la distribución?

-Se ha hecho que a la gente no le interese el cine. Se sacaron los cines de las ciudades a los centros comerciales. Es un problema de la cartelera, sobre todo en provincias. Uno ve la cartelera de un cine en Asturias y dice: "No tengo ganas de ir". Más allá de ir una vez a ver "Ultrón", la cartelera es impresentable. Y ahí están las distribuidoras americanas definiendo qué se ve y qué no se ve.

-¿Se puede hacer carrera de actor en Asturias?

-Con todo el respeto para la gente que está aquí, me parece una heroicidad. Yo empecé aquí y como no pude hacer carrera me fui a Madrid; nunca quise ir, pero era un mal necesario. La cosa ha empeorado bastante, en Madrid la competitividad es feroz. Aquí, aun trabajando, te las ves y te las deseas. Cada cual tiene su método.

-¿Se siente valorado profesionalmente en la región?

-No, en absoluto. No hay ningún interés por los actores.

-¿Dónde se ve en 10 años?

-Espero verme en la acción, el camino que sea; voy a pasar una barrera de los 40 a los 50 como antes la pasé de los 30 a los 40. Tu vida actoral se va transformando, porque no sirves para lo mismo. Las mujeres sufren muchísimo más esta cuestión, el paso de la edad se castiga mucho. Cada vez se escriben menos papeles cuando pasas de unos ciertos años.

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