Una mezcla de emoción y orgullo acompañarán a Nacho Duato en su vuelta a España el 4 de septiembre, cuando estrene en el Real su "Bella durmiente", un clásico que ha "espabilado" con rigor pero también frivolidad, con hadas ligonas, drag queen y gatos. "Espero mucho", confiesa.

Será la compañía de danza más prestigiosa de Alemania, el Staatsballet de Berlín, que él dirige desde hace un año, la que ponga puntas y brazos los días 4,5 y 6 de septiembre a la música de Tchaikovsky, que la estrenó con coreografía de Marius Petipa en San Petersburgo en 1890. Luego, el 8 y 9 de septiembre, la compañía bailará piezas contemporáneas coreografiadas también por él.

Duato (1957) creó esta versión del clásico de Petipa a su llegada a la dirección artística del Teatro Mijailovski de San Petersburgo, que le contrató nada más anunciar el español que no se presentaría al concurso público para seguir como director de la Compañía Nacional de Danza (CND), donde llevaba 20 años, porque, entre otras cosas, quería seguir haciendo solo contemporáneo. "Estudié clásico. Está en mi ADN. Nadie puede bailar si no es así. Otra cosa es que yo quisiera hacerlo allí -en la CND- y no quería porque no se podía hacer por falta de medios", zanja.

El valenciano afrontó una renovación coreográfica de la obra, que luego de llevó a Berlín, porque siempre "tuvo claro" que quería "un corte clásico del siglo XXI" para "espabilar" y "dar frescura" a su profundo romanticismo. Para ello le pidió al director musical que diera al conjunto, que ahora dura en torno a las tres horas, un tono "más dramático" y él cortó algunas partes, para aligerarlo "de pantomima" y gestos que "están, simplemente, de más".

"Este es un clásico para gente joven, una obra de nuestros días. Por eso me permito humor y guiños que ellos entienden bien. El personaje de Carabosse es un travesti guapísimo, las ratas son punkies, hay gatos y las hadas son un poco ligonas", se ríe. La obra entusiasmó en Rusia y no menos en Alemania.