El premio "Princesa de Asturias" de la Concordia no podía llegar en mejor momento para el Sanatorio Marítimo de Gijón, el único centro que la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios tiene en Asturias y que este año celebrará su 70.º aniversario. Los festejos de cumpleaños tendrán lugar apenas un mes antes de que estos religiosos recojan su galardón en el teatro Campoamor. "Venía del dentista y me llegó un mensaje en el que me daban la noticia de que nos habían dado el premio. Me emocionó mucho saberlo. Estoy muy agradecido. Éste es un reconocimiento a más de 500 años de trabajo", resumía ayer el hermano superior de la Orden en Gijón, Antonio Blanco.

El Sanatorio Marítimo, por el que cada día pasan más de 200 personas con discapacidad psíquica, abrió sus puertas en septiembre de 1945. Desde entonces tanto su aspecto como sus servicios a la sociedad han ido cambiado. "El centro atendió a la infancia hasta que se fue introduciendo poco a poco en España la Seguridad Social, que asumió estas competencias. Así fue como cambiamos de función y abrimos las puertas a la discapacidad intelectual", relató ayer Antonio Blanco. Primero se abrió el colegio adaptado, luego se pusieron en marcha los talleres y por último se dio el paso de abrir una residencia. Pero los retos no se han acabado. Ahora el Sanatorio Marítimo de Gijón mira al futuro con mayor impulso si cabe gracias al premio "Princesa de Asturias".

"El año pasado empezamos a dar cursos a los padres para que tengan una parte más activa en la educación y en el desarrollo de estas personas. También queremos empezar a trabajar en el envejecimiento positivo de las personas con discapacidad intelectual, que cada vez tienen más esperanza de vida", señaló Raúl Cantero, responsable de los talleres del Sanatorio Marítimo. Cantero insistió en que para muchos de sus alumnos la institución de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Gijón es "como un hogar en el que pasan toda la vida". Un hogar en el que trabajan un centenar de personas capitaneadas por cinco religiosos de la orden.

"Sabíamos que había otras instituciones que merecían tanto como nosotros el premio y por eso es especial, porque reconocen que aunque tengamos fallos hacemos las cosas bien", agradeció Blanco, poniendo en valor, además, el apoyo que el Sanatorio Marítimo ha tenido siempre de los gijoneses y el cariño que la ciudad tiene a una institución que, a pesar de todo, aún es poco conocida. "Creemos que todo Gijón sabe lo que es el Marítimo, pero que no es para nada conocido a quién pertenece el centro", señaló Raúl Cantero.