El salón para el reposo de aguerridos cowboys y cowgirls, la cocina ideal para hornear pan y galletas y el dormitorio en el que no falta la bandera estadounidense exhibida como un preciado símbolo. Esas premisas sirven para componer el mágico mundo del estilo rústico americano, forjado desde los tiempos de los pioneros de las praderas, que hoy regresa por la puerta grande para colarse en casas de medio mundo, ubicadas en el centro de la ciudad o en urbanizaciones de lujo del extrarradio.

Y es que los urbanitas no tienen por qué renunciar a esa calma que aporta el look de una casa de campo, real o simulada. La gran chimenea de piedra en el salón es una de las piezas fundamentales. En las películas aparecen abundantes ejemplos en esas cabañas ubicadas en medio de la nada, para pasar tranquilos fines de semana lejos del mundanal ruido.

La madera también impera en paredes, suelos y, por supuesto, en el mobiliario. En este estilo está casi prohibido utilizar cabeceros tapizados, que se sustituyen por las típicas camas de madera, en formas simples pero trabajadas.

El mimbre y el ratán, la cerámica, el lino, la piel y el algodón. Precisamente son otros materiales naturales que consiguen crear esos ambientes tan confortables, ligados también a los algodones de alta calidad, gruesos y con los típicos estampados de motivos animales y geométricos.

Los accesorios que mejor combinan con los muebles y la decoración de estilo rústico son los que destilan un aire antiguo o desgastado. Los muebles de madera torneada y las piezas de loza y porcelana rescatadas de tiendas de antigüedades son otras ideas para llenar la casa de encanto rústico. Las flores frescas en grandes jarrones repartidos por todas las estancias, incluidos los cuartos de baño, son el complemento ideal.

Del estilo Shaker a la mecedora.

Sofás repletos de cojines y almohadones y mecedoras enlazan con el típico estilo made in América, caracterizado por mezclar interiores de madera con tonalidades naturales, entre las que predominan azules y rojos, los colores de la bandera. Otra fuente de inspiración son los muebles Shaker, con larga tradición en los Estados Unidos, debido a su funcionalidad y sencillez. Los Shaker diseñaban sus muebles con dedicación y cuidado, como si fuera un acto de alabanza a Dios. El resultado de su trabajo no estaba recargado con detalles inútiles, todo tenía una finalidad.

Un silo de viviendas sobre el lecho del río.

Los innovadores experimentos arquitectónicos de MVRDV en Amsterdam incluyen propuestas como el silo de viviendas sobre el lecho del río, un edificio enmarcado en un conjunto de viviendas colectivas que sorprenden a quienes las ven. En la última década del pasado siglo, el entonces jovencísimo estudio MVRDV realizó dos proyectos residenciales que se han convertido en dos de las intervenciones urbanas más radicales e innovadoras de los últimos años. El resultado, lejos de quedar obsoleto, ha sido copiado, aunque es difícil reproducir ese encanto que destilan los paisajes de la ciudad de Amsterdam.