Choni y Elena Berdayes llegaron ayer hacia las diez de la mañana delante del Teatro Campoamor de Oviedo. Cogieron una valla, la situaron en una zona estratégica para tener una buena visión de la entrada al edificio y se colocaron detrás. Les quedaban ocho horas de espera hasta que comenzase la ceremonia de entrega de los premios "Princesa de Asturias".

A su alrededor, la gente que pasaba a trabajar o de paseo (muchos turistas se llevaron una foto de una Campoamor engalanado para la ocasión), además de un buen número de policías y de operarios encargados de colocar las tarimas y la alfombra que se extendería más tarde para que desfilasen los Reyes, los premiados y los invitados al acto.

Las Berdayes, una residente en Oviedo y otra en Gijón, se conocen la secuencia de la jornada de memoria. Choni y Elena suman ya 10 años en primera fila de los premios. Su esfuerzo les cuesta, aunque para ellas es un placer y las horas que pasan plantadas delante del teatro -las primeras, rodeadas de grúas, furgones policiales, tablones, cables y todo lo que conllevan los preparativos- lo son todo menos aburridas o cansadas. A Choni, la gijonesa, la deja todos los años su marido delante del teatro. "Él no se queda. Se va pasar el día con su cuñado por Oviedo".

Las hermanas esperan la fecha de los premios durante todo el año como agua de mayo. "Aquí ya nos conocen", explica Choni. "El hijo y el padre que ponen la alfombra han venido a saludarnos. Son muy majos. Y algún policía también. No nos ponen ningún problema, aunque este año hay más agentes que nunca...".

Un amplio y visible despliegue policial por los manifestantes "antipremios" que pasaron la noche del jueves en el Ayuntamiento de Oviedo. A este grupo de fans ni les va ni les viene. "Cada uno es cada uno. Ellos se ponen ahí (señalando a la Escandalera) a gritar. Y nosotros aquí a mirar. Pensarán cualquier cosa por que estemos aquí tantas horas para ver a los Reyes... Pues es lo que nos gusta, los premios están bien para Asturias y ya está. La libertad es lo importante".

Antes de mediodía se suman a las Berdayes Mari Carmen Rodríguez, Montse Fernández y Mariflor Sánchez. El grupo de amigas está casi completo.

La calle se anima poco a poco y el Campoamor se blinda cada vez más. Cerca de las dos de la tarde - "acaba de pasar la Reina Sofía en coche y nos ha saludado", advierte Choni- es la hora de extender la bandera de Asturias con fotos de la Familia Real. "Es que ahora ya nos ponen la valla definitiva, la azul; hasta ahora era una de hierro", explican. Se turnan para un café, pero sin mucho convencimiento, pues hay riesgo de perder el sitio. Pinchos, magdalenas, moscovitas son la comida del día. No faltan unas pequeñas banquetas para descansar.

Una muñeca que imita a la Princesa Leonor asoma por una bolsa. Es para, varias horas, después enseñarla con la mano en alto a los Reyes, que en todos estos años no se han acercado a saludar a sus fieles. "Algún día vendrán...".