El filósofo belga afincado en Francia Marc Richir, refundador de la fenomenología, falleció ayer a los 72 años. Richir impartió un curso en la Universidad de Oviedo en octubre de 2010, invitado por la Sociedad Asturiana de Filosofía, de la que era socio de honor.

Fue físico antes que filósofo. Él mismo explicó en una entrevista concedida a LA NUEVA ESPAÑA por qué abandonó su primera dedicación profesional. "Tras una cierta práctica de la física durante varios años me di cuenta de que no me aportaba las respuestas que esperaba".

Su aportación a la fenomenología queda documentada en una amplia y profunda obra sin concesiones a la mercadotecnia, como recogía en estas mismas páginas el profesor de Filosofía Silverio Sánchez Corredera. "Ha introducido sucesivas remodelaciones en el proyecto de la fenomenología, hasta configurarse uno nuevo (curiosamente, sin necesidad de establecer una ruptura con Husserl y sus seguidores), que viene dado por el descubrimiento fenomenológico de un campo más amplio del visionado hasta ahora".

En la ya citada entrevista, Marc Richir afirmaba que la filosofía "está en franco peligro de desaparecer" y culpaba de ello a "la degeneración de su lugar de anclaje y de transmisión", que es la Universidad y el llamado proceso de Bolonia.

En aquel octubre de 2010, Richir pensaba que los grandes problemas filosóficos del momento eran "todas las cuestiones del sentido, del sentido de la existencia, del sentido del futuro y del sentido de la tradición".

En lo que respecta a su campo de estudio filosófico, subrayaba que tanto la fenomenología como la filosofía no producen resultados, sólo interrogantes. "El filósofo no debe prescribir nada, sólo despejar el sentido", decía.