Oviedo, P. G.

La Joven Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (JOSPA) inicia la temporada 2008-2009 cuando se cumplen 10 años de su creación, y lo hace presentado un programa muy singular de música escrita a medida para la catedral de Oviedo (esta tarde a las 20.00 horas) y la capilla de Laboral (el domingo a las 12.30 horas). La JOSPA estrenará además su nueva formación, fruto de las pruebas de selección celebradas este mes, bajo el mando del nuevo coordinador técnico-artístico de la formación, Manuel Paz.

A través de un estudio de la sonoridad de los dos templos, el alemán Andreas Prittwitz y el cubano Flores Chaviano -ambos afincados en España- han compuesto las obras «Reflexiones» y «Resonancias místicas», que centran el programa denominado «Espacio sonoro». El concierto estará dirigido por Rubén Gimeno, que ya participase en Oviedo en «La zarzuela del verano» y el último recital organizado por la Asociación Lírica «Alfredo Krauss».

«Reflexiones», de Andreas Prittwitz, es una obra para orquesta sinfónica e instrumento de viento solista (saxos soprano y tenor), papel que será interpretado por el propio autor. Prittwitz es reconocido a nivel internacional por su dominio de un amplio abanico de instrumentos de viento como la flauta de pico, el saxo tenor o el clarinete. Su obra incluye pasajes improvisatorios que aprovechan los largos tiempos de reverberación para que las frases musicales se contesten a sí mismas.

«Resonancias místicas», de Flores Chaviano, está escrita para cuatro solistas -oboe, saxo, piano y percusión- y orquesta sinfónica. Especialmente en esta obra se extrae todo el potencial del templo relacionado con la espacialidad, ya que los solistas (que serán los cuatro galardonados con en el Conservatorio de Oviedo el curso pasado) se disponen en diferentes lugares de la nave para aprovechar la diferente percepción del público según el lugar que éste ocupe en el templo. Estas dos obras son un encargo expreso de la JOSPA, y el programa se completa con otra obra ya escrita de Aron Copland «Quiet city», que describe cómo un trompetista recorre, tocando, las calles vacías y nocturnas de una ciudad, que en este caso será la catedral ovetense.