Oviedo, E. G.

«La poesía que me gusta y la que trato de hacer no consiste nunca en la calidad de la palabra ornamental, sino en una emanación de la vida, un hecho existencial». El poeta asturiano Antonio Gamoneda presentó ayer en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo, un escenario que conoce bien, su libro «Un armario lleno de sombras», una crónica autobiográfica que recoge sus catorce primeros años de vida o, al menos, los años de niñez en el que el recuerdo ha quedado prendido. «Es el reencuentro con uno mismo» -dijo-. Y reconoció que en aquel escenario donde creció el niño Antonio es imposible recrear «un relato feliz».

El acto estaba organizado por la Cátedra Emilio Alarcos. La profesora Josefina Martínez dio la bienvenida al maestro «ser humano cercano y bondadoso, niño grande gruñón, comprometido y sincero, referencia ya universal de las letras españolas», y Gamoneda -siempre lo hace en Oviedo, como un ritual que le gusta y que siempre parece nuevo- reconoció a Alarcos, su magisterio, su olfato literario, y echó a volar la memoria para quedarse en aquel simbólico 1975 cuando Emilio Alarcos supo quebrar, sin alardes pero con la convicción del amigo, más de diez años de silencio literario de Gamoneda. «Alarcos no sólo fue cariñoso y generoso, sino que transformó mi vida».

«Este libro es como ir al encuentro con el recuerdo. Soy el objeto del libro, no el sujeto. Fue escrito por razones que tienen más que ver con mi vida y con la de los seres queridos que con la voluntad de hacer una obra de arte», dijo Antonio Gamoneda ante un público fiel que abarrotaba el Aula Magna.

La presentación del libro de Gamoneda corrió a cargo del catedrático de Lengua y Literatura, Moisés Mori, quien avisó a los potenciales lectores de «Un armario lleno de sombras»: «Se trata de un texto valiente y duro, en el que no hay desviación sustancial de los hechos», un buen lugar -el libro- para caminar «seguros y al mismo tiempo fascinados», una obra «con gran valor documental» desde los inviernos interminables «de plomo y penitencia» en el que se desarrolla la niñez de Gamoneda, el Oviedo de la postguerra, las miserias de la miseria, la ciudad herida... «Un armario lleno de sombras» es, a juicio de Moisés Mori, una feliz convergencia entre narración y poesía. Y es para Josefina Martínez «un hermoso libro que emociona y conmueve, escrito con amor y dolor», dos poderosas armas para blindar la buena literatura. El libro, dijo su autor, es un buen ejercicio de autoconocimiento, convertido ya en «pariente próximo de muchos de mis poemas».