Oviedo, Á. FIDALGO

Las industrias más importantes de la región, desde Arcelor a Du Pont, pasando por Bayer, Ence o Fertiberia, se unieron para elaborar la «Guía de buenas prácticas ambientales en las industrias químicas y de procesos», que fue presentada ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

En el acto intervinieron David Herrero, director de Fertiberia; Irene González, coordinadora de medio ambiente y calidad de la empresa de fertilizantes situada en Avilés; Carlos Vendrell, responsable de Medio Ambiente en la fábrica de Bayer instalada en la localidad langreana de Lada, y Hernando del Pozo, responsable de Medio Ambiente de la papelera que Ence tiene en Navia.

David Herrero, a modo de introducción, destacó que en la Asociación de Industrias Químicas y de Procesos de Asturias (AIQPA) «están agrupadas las empresas más representativas del sector en Asturias».

Una asociación que comenzó su andadura hace diez años encargándose de la creación de varias comisiones, la organización de jornadas técnicas y la publicación de varios libros y guías como la que ayer se presentó.

«El mercado es cada vez más exigente en cuestiones medioambientales, y por eso esta guía es muy oportuna, porque uno de sus objetivos es el de sensibilizar a las empresas sobre la importancia que para toda la sociedad tiene la protección ambiental», resumió Herrero, al tiempo que explicaba que en la guía clasificaban todas las buenas prácticas que deben acometer las empresas.

En este sentido, la representante de Fertiberia Irene González explicó cómo la recuperación de los cauces fluviales de la fábrica de Trasona no sólo incidió en la mejora del medio ambiente, sino que también les permitió reducir el consumo de agua potable en la empresa en un 89 por ciento.

La multinacional Bayer promueve la educación medioambiental nada menos que desde el año 1901, casi cuando se creó la primera comisión de aguas residuales, destacó orgulloso Carlos Vendrell.

«Aplicamos el test climático en el centenar de fábricas que tenemos repartidas por todo el mundo, incluida, naturalmente, la de Lada, lo que nos permitió reducir en un 32 por ciento las emisiones de CO2 a la atmósfera», concluyó diciendo el responsable de medio ambiente de esta industria farmacéutica en Asturias.

El representante de la papelera Ence precisó al inicio de su intervención que «aunque no hay ninguna legislación que regule el nivel de olores, nosotros pusimos en marcha un plan de lavado de los gases que resultan de la cocción de la madera para reducir en parte el mal olor que desprenden, y después dimos un paso más al pasarlos por un horno de cal para disminuir todo lo posible estos olores tan molestos».