Los Ángeles / Oviedo,

Agencias / J. N.

Las rubias podrían tener una ventaja competitiva a la hora de buscar trabajo o cumplir determinada meta personal, ya que son más agresivas y decididas que las morenas o pelirrojas. Al menos ésa es la conclusión de un estudio que ya ha sido recogido en las actas de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU y que ha sido realizado en la Universidad de California en Los Ángeles. Los investigadores partieron de un dato empírico: muchas mujeres líderes son rubias y sin embargo no se sabía hasta ahora las causas o razones de semejante particularidad.

Los investigadores que han realizado el estudio sugieren que las mujeres con el cabello más claro, bien sea de forma natural o gracias a determinados teñidos químicos, muestran una actitud «guerrera» cuando luchan por conseguir lo que quieren.

El equipo de la Universidad de California estudió a 156 estudiantes que se prestaron a las pruebas de forma voluntaria y descubrió que las rubias recibían más atención y eran tratadas mejor por otras personas que las morenas.

Los expertos sugieren, como una de las derivadas de su análisis, que esa consideración -esa sobreatención y supravaloración- recibida constantemente es lo que las hace más dispuestas a «ir a la guerra» cuando se trata de alcanzar determinado objetivo. Por ejemplo, indican, la primera mujer en ocupar el cargo de primer ministro en el Reino Unido era rubia, en referencia a Margaret Thatcher.

El jefe de la investigación científica, Aaron Sell, ha explicado que «esperaban al inicio del estudio que en el sur de California, considerado como el hábitat natural de las rubias privilegiadas, se sintieran con más derecho que otras mujeres. Lo que no esperábamos, sin embargo, era encontrar hasta qué punto eran guerreras en comparación con sus compañeras del campus universitario» donde se centraron las prospecciones.

El estudio determinó que cuanto más «especial» se siente una mujer -normalmente ese es el caso de las rubias por el trato que reciben cotidianamente- más propensas son a mostrarse agresivas para conseguir un objetivo social concreto que se han propuesto.

Incluso aquellas que se decoloraron y aclararon el cabello de una forma artificial adoptaron los mismos atributos activos de las rubias naturales, lo que indica que no hay nada genético en esos comportamientos diferenciales, sino adquirido en los usos sociales.

No obstante, las rubias eran menos propensas que las morenas o las pelirrojas a involucrarse en una pelea. Posiblemente para preservar su apariencia, su alta estima. Una conclusión que también apunta, como la anterior, a la ausencia de condicionantes de tipo genético.

De todos modos, algunos investigadores han indicado que si bien es cierto que las personas tienden a vivir según los estereotipos, el estudio ha sido hecho en un grupo muy limitado de voluntarias, por lo que no es posible generalizar las conclusiones. Eso piensa concretamente la asesora en psicología del Centro Médico de Londres, Ingrid Collins, que ha afirmado que la investigación de los estadounidenses, si bien es muy interesante, debe ser interpretada con mucha cautela.

Sell, por su parte, dijo que sospecha que las rubias viven habitualmente en una «burbuja», donde son tratadas mejor que otras personas y concretamente que las mujeres que tienen otros colores de cabello. Esa circunstancia mantenida durante mucho tiempo conduce a que no constate que los hombres muestran más deferencia hacia ellas que hacia otras mujeres. «Quizá ni se den cuenta de que son tratadas como princesas», agregó.

Los investigadores también sugieren que los hombres normalmente son atraídos por las féminas de cabellos claros. Se cree incluso que el hombre de las cavernas prefería a las rubias porque el cabello claro era un fiable indicativo de altos niveles de estrógeno y de fertilidad. El determinismo de carácter conductual explicaría como la propia selección natural, la diferencia de consideración que tradicionalmente reciben las rubias.

Pero mientras ser rubia puede impulsar la vida social, podría dañar las perspectivas de trabajo, según otros investigadores. Y es que hace poco más de un año un estudio realizado en el Reino Unido determinó que las rubias ganan en promedio mucho menos que las morenas.