Oviedo, M. S. MARQUÉS

La Fundación Ángel González se ha roto antes de comenzar a funcionar. En una reunión celebrada el domingo en Madrid tres de sus miembros han decidido dejar la entidad en la que participaban desde su creación, poco después del fallecimiento del poeta, en enero de 2008. El eurodiputado y ex alcalde de Oviedo Antonio Masip, el poeta granadino Luis García Montero y el editor asturiano Manuel Lombardero tomaron la decisión de dimitir, por lo que consideran una posición «errática e incomprensible» adoptada por Susana Rivera, presidenta de la Fundación Ángel González.

En una nota hecha pública ayer los dimisionarios aseguran haber tomado la decisión de abandonar «con gran dolor y por estricta lealtad» al recuerdo de su amigo Ángel González, al tiempo que subrayan que «si hubiera habido alguna posibilidad de entendimiento y de que la Fundación fuese viable con nuestra presencia, esta renuncia nunca se hubiese dado».

La Fundación Ángel González comenzó su andadura en junio de 2008, poco después del fallecimiento del poeta ovetense, el 12 de enero de 2008, en Madrid. Su actividad ha sido prácticamente inexistente desde entonces. Aunque fue constituida para «cumplir el deseo del propio poeta y con el objetivo de que su legado moral y literario estuviese defendido y asegurado con cariño», como declaró en su día Luis García Montero, la Fundación contó desde el principio con algunos inconvenientes, entre ellos, la dispersión de los propios miembros del patronato, con residencias en distintos lugares de España y en Nuevo México, donde vive la viuda de Ángel González.

Además de Antonio Masip, Manuel Lombardero y Luis García Montero, también forman parte del órgano de gobierno de la Fundación la Consejera de Cultura del Principado, Mercedes Álvarez, y el delegado del Principado en Madrid, Miguel Munárriz. Estos dos últimos no fueron convocados a la reunión mantenida el domingo en Madrid por los patronos dimisionarios.

Ninguno de los tres ha querido profundizar más en los motivos de su renuncia, si bien de la nota enviada se desprende que sus relaciones con la presidenta no pasaban por el mejor momento. Lombardero señaló ayer que dado «lo delicado y doloroso» del asunto prefería guardar silencio.

Susana Rivera, que reside en Albuquerque (EE UU), no está contenta con el funcionamiento de la Fundación, y ya se quejó en alguna ocasión de su escasa actividad, así como de la falta de una sede oficial. Aunque desde el Gobierno del Principado se ofrecieron las dependencias del Archivo Histórico, este edificio, que lleva varios años en remodelación, no estará en funcionamiento hasta el próximo mes de marzo. Según la consejera de Cultura, Mercedes Álvarez, todos los patronos aprobaron la ubicación en el Archivo Histórico, pero Susana Rivera sostiene que ese capítulo «aún no está cerrado, a falta de que se estudie bien si el lugar es el más conveniente». Mercedes Álvarez lamentó ayer la renuncia de los tres patronos, a los que considera «personas de mucha valía y cercanos al poeta», y aseguró que «el Gobierno del Principado seguirá manteniendo intacto su compromiso con la Fundación Ángel González».

Aunque desconoce cuándo se celebrará la próxima reunión del patronato, Mercedes Álvarez señaló que será en ese momento cuando se abordará la cuestión de la renuncia, sobre la que ayer evitó pronunciarse. La Consejera también subrayó el interés que el Principado puso desde el primer momento en la buena marcha del proyecto.

La dotación de la Fundación presidida por Susana Rivera asciende, según los estatutos, a 40.000 euros, además de la propiedad de todos los derechos del autor y otros económicos o intelectuales sobre su obra literaria, «así como el pleno dominio de la totalidad de sus manuscritos, documentos personales y libros que se encontraban en su poder en el momento del fallecimiento». Antonio Masip, que tampoco quiso profundizar en las diferencias con la viuda de Ángel González, era hace ahora un año, cuando se celebró el primer aniversario de la muerte del poeta, uno de los más entusiastas defensores de la Fundación, que habría de impulsar, investigar, enseñar y propagar la extensa obra del autor de «Áspero mundo». En aquel momento el ex alcalde de Oviedo manifestaba que «la Fundación pisará firme, con la fuerza con la que pisaba Ángel González».