El suceso no es habitual en la Iglesia católica, aunque lo ha sido durante los siglos, cada vez que se producía una reforma -o escisión- dentro de una orden religiosa. El caso es que la comunidad de Clarisas de Lerma y de La Aguilera (Burgos), cuya superiora es Verónica Berzosa -hermana del obispo auxiliar Raúl Berzosa-, han obtenido el permiso del Vaticano para constituirse como nuevo instituto religioso.

Los datos al respecto son escuetos y aún tiene que llegar el papel oficial de la Santa Sede, con el decreto de creación firmado por el Papa Benedicto XVI, pero la noticia afecta al convento -con sede doble- que más vocaciones ha recibido en toda Europa durante los últimos años.

El nuevo instituto se denominará «Iesu Communio», es decir, Comunión en Jesús, y mantendrá la condición de clausura, aunque con un matiz, pues pasará de la «clausura papal» a la «clausura según las constituciones». La primera de ellas es la más restrictiva, «particularmente rigurosa», según las normas de la Iglesia. «Separación real del mundo, el silencio y la soledad» son sus notas distintivas.

En cambio, la «clausura según las constituciones» permite al convento desarrollar «alguna obra apostólica o caritativa». Lerma y La Aguilera han venido siendo un foco continuo de atención y un lugar al que cientos de jóvenes se dirigen al cabo del año. Por tanto, las nuevas condiciones del instituto «Iesu Communio» parecen dirigidas a mantener dicha actividad. Alguien ha comentado ya que los conventos de Verónica Berzosa, un fenómeno inusual en la Iglesia, se asemejarán, en femenino, a la comunidad de Taizé, el monasterio francés fundado por el teólogo suizo Roger Schutz en 1940, y que es foco continuo de peregrinación de jóvenes de todo el mundo.

Sin embargo, el nuevo instituto significa una escisión dentro de la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara (o Clarisas), que el año próximo cumple 800 años de existencia. Desgajarse de un tronco tan antiguo no es un proceso sencillo. No obstante, todas las religiosas profesas de Lerma y La Aguilera no han puesto objeción al profundo cambio.