Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

El nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) también tendrá un «ala oeste» que aspira -como en la serie televisiva sobre la Casa Blanca- «a resolver la mayor parte de los problemas de los pacientes».

Así lo explicó Ramón Quirós, consejero de Salud del Principado, en alusión al área ambulatoria del gran recinto hospitalario, presentada en sociedad ayer. En su intervención, Quirós agregó que los servicios que se prestarán en la zona de consultas externas buscarán la «alta resolución» y permitirán que el enfermo «se vaya a casa con todas las pruebas hechas y a ser posible en un solo día». Demostrando que preserva las buenas relaciones con las audacias argumentativas, el titular de Salud apostilló que «con la tecnología disponible hoy, el ingreso en una cama de un hospital es un fracaso de la sociedad».

La puesta de largo celebrada ayer se reproducirá en las próximas semanas con la presentación de otras zonas del edificio. Entre ellas, la de hospitalización, dotada de 1.039 camas, aunque previsiblemente no será bautizada como el «ala de los fracasos» ni nada similar. El recinto aún está desnudo de mobiliario y equipamiento. En los días precedentes, las limpiadoras hubieron de realizar su trabajo equipadas con un casco. Ayer, el frío incomodó a los asistentes a un acto que duró cerca de hora y media.

Resulta evidente que el Gobierno de Vicente Álvarez Areces está dispuesto a lucir con entusiasmo un logro que ya ocupaba un espacio prioritario en su agenda cuando en 1999 asumió la jefatura del Gobierno regional. No obstante, en ese momento el proyecto ya tenía una larga prehistoria que se había iniciado en marzo de 1988.

Así pues, habrán transcurrido casi 25 años de peregrinaje cuando el nuevo HUCA abra sus puertas. Una fecha aún sin determinar, pero que el actual gerente del Hospital Central, Mario González, sitúa «en junio de 2012». El plazo otorgado a las constructoras para finalizar las obras concluye el próximo 31 de marzo. La única excepción es el edificio administrativo, una construcción exenta que está siendo levantada sobre uno de los pabellones del antiguo Hospital Psiquiátrico y que deberá ser una perfecta réplica del mismo. El período para rematarlo se ha prolongado hasta el próximo 15 de junio, aunque las empresas constructoras -Sacyr, San José y Sánchez y Lago- reclamaban una moratoria hasta el verano.

Ayer, Areces se mostró muy satisfecho en un acto que equiparó con la inauguración, hace hoy justamente medio siglo, del Hospital General de Asturias. «Podemos decir que, al igual que la medicina moderna se inició en Asturias en 1961 con la apertura del Hospital General de Asturias, hoy, 50 años después, damos el primer paso para entrar en la medicina del futuro», aseveró Areces, quien se mostró generoso a la hora de expresar su gratitud a todos los que, a lo largo de los años, han intervenido en el desarrollo del proyecto. «Han sido 20 empresas y 1.200 personas las implicadas en su construcción, con una inversión que alcanza 296 millones de euros», enfatizó.

El acto de ayer contó con la presencia de una nutridísima lista de personalidades de la región de muy distintos sectores. El área ambulatoria del HUCA está, en efecto, emplazada en la parte oeste del edificio. Presenta una forma arquitectónica característica -que asemeja a cuatro dedos- que ocupa 50.000 de los casi 190.000 metros cuadrados del complejo hospitalario.

Los discursos de Areces y Quirós fueron completados con una mesa redonda en la que tres especialistas de centros madrileños expusieron el presente y el futuro de la tecnología en el ámbito sanitario. Moderó el coloquio César Morís, cardiólogo y director médico del HUCA, quien señaló que «llegamos al final de una etapa, pero se nos está dando la salida de la siguiente, que es mucho más difícil».

En los pasillos, Susana Pérez-Alonso, presidente de la Asociación de Usuarios de la Sanidad del Principado de Asturias (Asencro), fue poco complaciente. Afirmó que el nuevo edificio es «una obra faraónica, de coste inasumible, que hoy por hoy no cumple ninguna de las expectativas de los enfermos».