Oviedo, P. Á.

El anuncio de la ministra de Sanidad, Leire Pajín, acerca de la dispensación de medicamentos unidosis, fue recibida el pasado diciembre como una herramienta de ahorro de efectividad muy dudosa. Los citados fármacos llegarán a las boticas en los próximos días, y lo más que puede decirse es que a día de hoy el escepticismo es casi unánime.

En la práctica, la aplicación de la unidosis consistirá -al menos en un primer momento- en que los comprimidos de dos principios activos -el paracetamol (analgésico) y el ibuprofeno (antiinflamatorio)- podrán ser dispensados de forma individual. Los médicos podrán prescribir entre uno y seis comprimidos por receta. El objetivo es evitar las dispensaciones de más dosis de fármacos de las estrictamente necesarias.

En su día, el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, indicó que este procedimiento puede suponer un ahorro del 2 por ciento de la factura total de medicamentos, que cifró en torno a los 13.000 millones de euros anuales. El consejero de Salud del Principado, Ramón Quirós, replicó que el ahorro que generará «no tendrá mucho impacto». Ayer, tanto el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Asturias, José Villazón, como el de la Cooperativa Farmacéutica Asturiana (Cofas), Pablo Ramos, coincidieron en atribuir a las unidosis un potencial de ahorro muy limitado, máxime si se considera que afecta a medicamentos cuyo coste puede incluso rondar el euro por envase.

Un documento explicativo del Sespa recoge, entre otros, los siguientes argumentos:

«En la prescripción por principio activo, el profesional no indica en la receta médica el producto en concreto que debe ser dispensado al paciente sino que se limita a prescribir el principio activo del mismo y los datos comunes a todas las prescripciones: forma farmacéutica, vía de administración y dosis».

«Los motivos para este cambio son variados y no sólo de tipo económico aunque sería inadecuado no reconocer que determinados cambios se ven acelerados en estos momentos de crisis económica».

«Es una prescripción más simple. Basta con conocer el nombre del principio activo y no las, a veces, más de 20 marcas de fantasía o genéricos que existen en el mercado de algunos principios activos».

«Prescribir por principio activo es llamar a los medicamentos por su verdadero nombre que es el utilizado de forma obligatoria además en las publicaciones científicas».

«Asegura la independencia del profesional situando al médico al margen de la competencia entre los distintos laboratorios farmacéuticos evitando la posibilidad de una promoción inadecuada».