Director general del teatro Real de Madrid

Oviedo, M. S. MARQUÉS

Director general del teatro Real desde 2004, Miguel Muñiz es miembro fundador de Ópera XXI, de la que fue presidente, y es miembro del jurado que hoy dará a conocer el premio «Príncipe de Asturias» de las Artes.

-¿Los grandes espectáculos como la ópera notan también la difícil coyuntura económica?

-Ya lo creo. La ópera la está notando por varios motivos: uno, porque las tres entidades que financian el Teatro Real -el Gobierno central la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento- han bajado su aportación. Hemos tenido la suerte de que ha subido mucho la aportación privada; los patrocinios, sorprendentemente, han aumentado. El presupuesto, antes, era un 50% público y otro tanto privado, y ahora el privado es el 54% y el 46%, publico. Por tanto, sí que se ha notado, y hemos tenido que hacer grandes reducciones en los gastos.

-¿Se nota también en la demanda del público?

- Algo se aprecia. Estamos acostumbrados a llenar hasta la bandera con anticipación todos los teatros. Se siguen llenando bastante bien, pero cuesta más. Hay que hacer publicidad. Así que afecta, y mucho.

-¿Cómo consiguen esa respuesta tan generosa de los patrocinadores?

-No hay un arma secreta sino la propia imagen del teatro. Vivir en Madrid tiene una ventaja importante porque allí se ubican las grandes empresas que aprecian la ópera en sí misma y que se suman al proyecto como una forma de proyección de su nombre. Además tenemos un departamento de patrocinio que trabaja muy bien desde hace muchos años, tiene una labor intensísima de relaciones con todas las empresas y creo que está rindiendo sus frutos. Aparte de eso, el teatro ha adquirido un prestigio, a pesar de la crisis, que hace que las empresas acudan, y se ha creado una cierta complicidad entre todos para apoyar el teatro Real. Hay un deseo de las empresas de respaldar la cultura.

-Tener un departamento de patrocinio es fundamental?

-Sin duda, es crucial. Hay estudios que señalan que cuanto más importante es el departamento más patrocinios se consiguen. En nuestro caso es evidente porque la labor que realiza es extraordinaria.

-Un sector del público se queja de que las subvenciones de la ópera son un privilegio que no tienen otros espectáculos.

-Defiendo las subvenciones porque la ópera es una empresa cultural que afecta a muchas personas y, por tanto, debe ser sostenida. La subvención hace posible que el teatro tenga una cierta autonomía para poder desarrollar un proyecto cultural ambicioso y menos pegado al mercado. Los teatros de ópera con subvenciones grandes pueden ser más innovadores, correr más riesgo, pero en definitiva la ópera es pujante en toda Europa de una forma extraordinaria. En España es explosiva con subvenciones, y cuando no las tiene, el sector privado se retira, así de claro. La subvención es importantísima para tener esa autonomía que te da el apoyo.

-¿Un director artístico con fama de polémico como Gérard Mortier beneficia o perjudica?

-Un teatro de ópera es la orquesta, el coro, la programación y el público. La orquesta ha mejorado extraordinariamente, el coro es uno de los mejores de Europa y la programación es excelente, el la llama exigente, es verdad, pero ahí está la autonomía que tenemos que tener. Creo que Mortier está haciendo una labor espléndida, está moviendo al teatro y a la gente; hay polémicas, sin duda, afortunadamente la gente puede decir qué le gusta o no le gusta, y no cabe duda de que es un proyecto cultural de renovación que va a poner el teatro Real en el plano internacional.

-Se le atribuyen unas declaraciones que ningunean a los artistas españoles.

-No hemos respondido a eso porque es imposible luchar contra la mentira y la demagogia. Tengo grabadas las palabras de Mortier y eso no es verdad. Todo el mundo quiere imponer, desde nombrar al director artístico a elegir la programación o decir quiénes tienen que ser los cantantes. En este año hubo 58 cantantes españoles y la temporada pasada, 56; por lo tanto, lo que se le atribuye es falso.