Oviedo, Pilar RUBIERA

El jurista asturiano Adolfo Menéndez, abogado del Estado en excedencia y socio del bufete de abogados Uría&Menéndez, se incorporó ayer al patronato de la Fundación Príncipe de Asturias y fue elegido nuevo secretario general de la institución, cargo en el que sucede a Juan Luis Iglesias Prada, fallecido el pasado mes de marzo. El órgano de gobierno de la Fundación incorporó también a María Neira, médica y alta ejecutiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y al empresario Jacobo Cosmen, ambos asturianos. Neira hace historia, al convertirse en la primera mujer integrante del patronato. Con la directora, Teresa Sanjurjo, ya son dos en un órgano de una treintena de miembros.

La propuesta fue realizada por el presidente, Matías Rodríguez Inciarte, y contó con el apoyo de los asistentes, entre los que se encontraban los dos anteriores presidentes -Plácido Arango Arias y José Ramón Álvarez Rendueles- y el director emérito vitalicio, Graciano García.

«Son tres personas relevantes en sus ámbitos de actuación, son asturianos con una proyección amplia y con trayectorias de éxito, que, estoy seguro, van a contribuir muy positiva y destacadamente al trabajo del patronato», declaró Rodríguez Inciarte a LA NUEVA ESPAÑA.

El presidente añadió que «para la Fundación constituye un privilegio contar con la entregada y generosa dedicación de Adolfo Menéndez, jurista destacado y con una amplia experiencia».

Las tres incorporaciones se produjeron en una reunión en la que se despedía a siete patronos, cuatro de ellos firmantes del acta fundacional: Adolfo Barthe Aza, José Antonio Martínez Álvarez, Teodoro López-Cuesta Egocheaga, Agustín Antuña Alonso, Martín González del Valle, Gonzalo Anes y Víctor García de la Concha. Los dos últimos no asistieron a la reunión, y Antuña tampoco. Las palabras que les dedicó Rodríguez Inciarte fueron emotivas, y el adiós, cálido. Los siete serán patronos eméritos. Hay otra baja, pero ésta voluntaria, por razones personales, la del periodista Juan Cueto, también firmante del acta fundacional.

Adolfo Barthe, felizmente recuperado de una grave enfermedad, recordaba ayer «el gran compañerismo pese a las tensiones habituales» que ha habido siempre en un patronato «en el que todos hemos sabido ceder».

«La Fundación ha sido un milagro», subrayó Barthe, y destacó el papel de los cuatro presidentes de la institución, especialmente, del primero, Pedro Masaveu Peterson, «que supo mantener el tipo en los primeros años de la institución y evitó que, como decían muchos, la Fundación se fuera al traste».

En el mismo sentido se manifestó Martín González del Valle, barón de Grado. «Hemos tenido la suerte de tener presidentes magníficos que, cada uno en su estilo, han hecho crecer a la Fundación en sus respectivas etapas, y destacaría también la extensa dirección de Graciano García y la acertadísima gestión que está llevando a cabo la nueva directora, Teresa Sanjurjo».

«Ha sido una experiencia agradable, con sus problemas, en lo que ha sido un largo trayecto», señaló José Antonio Martínez. Y añadió: «Me voy contento de haber servido a Asturias, a España y a la Universidad».

A la reunión, celebrada ayer en el hotel de la Reconquista de Oviedo, asistieron una veintena de los integrantes del patronato. Faltaron, además de los ya citados, Juan Ramón García Secades, presidente de Hunosa; Manuel Menéndez, presidente de Hidroeléctrica del Cantábrico; José Oliu, presidente del Banco Sabadell; Santiago Rubio Sañudo y Gonzalo Urquijo, presidente de la sección española de Arcelor-Mittal.

El patronato valoró la propuesta de la directora, Teresa Sanjurjo, de adquirir un edificio que permita a la institución unificar a toda la plantilla en una única sede. Como dijo el presidente, será el patronato el que pondere y considere si en el actual contexto de crisis es aconsejable o no. La decisión se pospuso aunque, según algunos de los asistentes, no fue acogida con mucho entusiasmo. También se aprobaron las cuentas de 2010.

El asunto del despido de tres trabajadores de la Fundación Príncipe no se trató. La medida se tomó, según explicó Rodríguez Inciarte a este diario, teniendo en cuenta que la Fundación «tiene que administrarse con criterios de austeridad y rigor administrativo». El presidente subrayó que la propuesta, de la directora, se decidió «después de una meditación amplia».

La institución se encuentra en estos momentos en el proceso de reuniones de jurado y fallo de los premios. Hasta el momento hay tres galardonados: el psicólogo Howard Gardner (Ciencias Sociales), el músico Riccardo Muti (Artes) y la Royal Society (Comunicación y Humanidades). «Desde su experiencia e historia, la Fundación tiene que apostar por candidaturas poco experimentales y por el reconocimiento de trayectorias de amplísimo consenso, como ha venido ocurriendo . Da solidez», señaló Inciarte.