Presidente del comité científico de la SII y autor del libro «Bancos de cordón umbilical»

Gijón, C. JIMÉNEZ

El doctor Marcelo Palacios, presidente del comité científico de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI), es un firme defensor de autorizar el depósito de sangre de cordón umbilical para uso exclusivo familiar, modificando la norma legal que hasta ahora impide la creación de bancos privados en España. Ayer presentó en la Sala Ámbito Cultural su último libro, «Bancos de cordón umbilical», en el que se plantea una dicotomía entre la donación o el depósito de la sangre del cordón del bebé tras el parto.

-¿Se deben permitir los bancos de sangre de cordón umbilical para uso personal?

-Es lo que vengo pidiendo desde hace más de 10 años y con mucha insistencia desde 2004 o 2005: que se modifique el Real Decreto que regula la donación de células y tejidos humanos, que incluye a las células de sangre del cordón umbilical, y que frena la posibilidad de que en España haya bancos de cordón umbilical para uso autólogo (personal). Antes incluso de este decreto se ponían dificultades a que existieran. La exigencia de la voluntariedad que se impone choca con los principios de autonomía y la libre decisión de las personas para hacerlo.

-¿Por qué no interesa hacerlo así en España?

-Hay varios argumentos que son perversos y están en una publicación del más alto nivel de la Organización Nacional de Transplantes. Se dice que no está acreditado que la sangre de cordón umbilical pueda ser muy últil para muchas enfermedades infantiles porque muchas son genéticas, pero también hay otras muchas adquiridas. Cada persona es libre de decidir qué hacer con la sangre de su hijo.

-¿Qué dicen los comités de bioética al respecto?

-El protocolo de donación y transplante de órganos del comité de bioética vigente en nuestro país deja perfectamente claro que se puede dar el pago de honorarios justificables por los legítimos servicios médicos o hechos relacionados con respecto al transplante. Si está en nuestros documentos, ¿por qué el Estado dice que no es así? Como eso no tiene tampoco mucho peso se va al principio de solidaridad, que es una cuestión fundamental y que la defendemos. Pero también entra en conflicto los derechos personales biológicos, y en este caso el Estado se está actuando sobre mis derechos personales porque no me permite dejar la sangre del cordón de mi hijo aquí en España.

-¿La solución?

-Para que pueda guardarla en España tengo que dársela a otro y yo, a lo mejor, me voy a quedar sin ella. Así que estoy contribuyendo al sistema público y, además, por tenerla en un centro privado, estoy pagando por ello, para después quedarme sin ella. Es absurdo pero es que, además, me obligan si quiero dedicarla para uso exclusivo de mi hijo a marcharme fuera. Es una especie de destierro o alejamiento celular que fomenta un turismo no deseable ni para las empresas ni para nadie

-Vidacord intentó instalar su banco de células de cordón umbilical en Gijón sin éxito. El Principado no le dio autorización.

-En mi opinión, la empresa tenía todo el derecho. ¿Por qué no lo van a poder establecerse aquí si quieren? Aquí entra también en conflicto con el derecho constitucional a la libertad de empresa.

-¿Cómo se encuentra la situación en el resto de España?

-Hay tres empresas en España con banco donde se procesa el material sanguíneo; el resto son entidades intermediarias. La sangre se extrae, se mete en un depósito especial y si tienes banco aquí tú puedes hacer lo que se llama el procesamiento celular que es eliminar todo lo que no son las células que quieres. Si estuvieran autorizados, inmediatamente podrían almacenar esas muestras pero están autorizados como bancos mixtos porque se les ha puesto como condición que tengan que poner esa sangre para uso público. Quienes acuden a esa empresa pero no lo quieren poner a disposición pública entonces tiene que salir fuera. Eso es una locura.

-¿Qué tipo de riesgos entraña el almacenamiento de esas muestras en el extranjero?

-Me parece tan ingenuo y extraño hacer esto... La declaración de los derechos de los ciudadanos de la Unión Europea apunta tres derechos fundamentales, entre ellos, el derecho a reclamar. Imaginemos que se necesita esa sangre para un familiar y tiene que volver a España. En el traslado sufre los avatares del tráfico. Ahí hay responsabilidades.

-¿A quien correspondería, pues, el cambio de normativa?

-No es una cuestión de tipo científico ni un un prorrateo sino el ejercicio de unos derechos para después libremente manifestar unos valores éticos y morales. Nadie puede actuar plenamente en la solidaridad y en la gratuidad si sus derechos personales a la libertad y la autonomía no son respetados plenamente. Como no hay ningún argumento, se dice que como se puede hacer una propaganda fraudulenta de los centros pero vamos a ser serios, aquí tenemos unas leyes tremendas. Si eso falla, lo que falla es responsabilidad de la Administración.

-La cuestión de la gratuidad también es foco de discusión.

-En España tenemos un material mucho más sensible donde no se ponen estos condicionantes, los embriones. Hay 216 centros de reproducción asistida y la ley no dice que si no das los embriones para uso público que te marches para Alemania o Reino Unido. No entiendo por qué se hace así en algo que no es un material tan sensible. El documento de consideraciones sobre los bancos de cordón umbilical para uso autólogo del Comité de Bioética de Cataluña puntualiza que la controversia principal que plantean no es de naturaleza científica sino ética. Se trata más que nada de un conflicto entre la propiedad individual y la libertad de disponer de la misma.

-¿Cómo se puede resolver ese conflicto de ética?

-Hay cosas que un Estado no puede hacer como son estos derechos que van con la persona, y son inexpropiables, inembargables, y sólo se extinguen con la muerte. Me lo puedes quitar por la fuerza pero no por el derecho ni por la justicia.

-¿Alguna propuesta?

-Si hubiera posibilidad de tomar el tema con un poco de relajación se vería que no ofrece un problema especial. De hecho ya hay acuerdos en algunas comunidades autónomas respecto a la gratuidad con los centros privados. La experiencia y los datos de Andalucía son muy ilustrativos. En 2009, en los hospitales públicos de la comunidad hubo 77.000 partos y el 84% de la madres donaron sangre del cordón umbilical de su hijo para el banco público. 232 unidades más se enviaron al banco público andaluz desde alguna de las clínicas privadas autorizadas. En cuanto a los bancos privados, 1.472 madres decidieron depositar allí la sangre del cordón umbilical de su bebé. De ellas, 582 habían dado a luz en un hospital público y 891 en una maternidad privada. Esto demuestra que cuando uno es libre sabe decidir en qué situación debe ser solidario, cómo y cuándo. La sangre es propiedad del niño y de la madre y no del Estado ni de la comadrona ni del que lleva el kit; es un bien biológico.

-¿La libertad y la autonomía es la raíz del conflicto?

-Es que no se puede ser solidario si no se es libre y previamente respetado en los derechos fundamentales que emanan de tu dignidad. La constante es el valor dignidad, del que emanan la libertad y la autonomía. Si te ponen condiciones para ser solidario es que no eres libre.

-Muy comentada fue la decisión de la familia real de llevar a Estados Unidos la sangre del cordón umbilical de las dos hijas de los Príncipes. ¿Está de acuerdo?

-Tanto los Príncipes de Asturias como el resto de familias españolas deberían poder hacerlo aquí. No hay ningún impedimento legal. Por qué el Estado se mete en esto si son las comunidades autónomas las que lo tienen que autorizar. Lamento que los Príncipes o cualquier persona tenga necesidad de salir al extranjero. Ahora bien, esto tiene un trasfondo: nuestro prestigio internacional. No podemos ir fuera a que nos ayuden cuando podemos hacerlo aquí y tenemos centros para ello.

-¿Asturias debería tener su propio centro?

-Asturias envía la sangre desde el año 2009 al banco de Santiago de Compostela. En España hay siete centros públicos, el más grande es el de Andalucía que también recoge de Castilla la Mancha. Yo sería partidario de que aquí lo hubiera porque no debiera de suponer un dispendio muy grande. Mi tesis es: empieza por lo tuyo para hacer lo de todos.