Queso fresco, el queso menos graso

Ideal para todos, especialmente para quienes tienen que cuidar su peso y sus arterias, ya que tiene menos grasa y un alto porcentaje de agua.

Queso Fresco

Queso Fresco / B-group

Magda Carlas

El queso fresco es, sin duda, el más consumido de los últimos tiempos, seguramente por su fama de sano y ligero, cualidades totalmente ciertas. No es más que leche cuajada a la que se añaden distintas cantidades de sal, sin pasar un proceso posterior de maduración como sucede con los quesos curados.

El resultado es un queso que contiene un 60-80% de agua, con todo lo que esto comporta, de ahí lo de queso fresco. Una consecuencia es que aporta menos grasa, y por tanto menos calorías, que la mayoría de los quesos curados: 100 g de queso de Burgos tienen 180-190 kcal, mientras que 100 g de queso de bola tienen unas 300 kcal como mínimo.

Pero claro, justamente porque tiene más agua tiene menos calcio, menos proteínas y menos vitaminas que los otros quesos. Por la misma razón, dura menos y debe conservarse en frío. Pero, aunque no lo tiene todo, es ideal para todos y especialmente para quien debe cuidar su peso y sus arterias. Aunque se crea lo contrario, no es un alimento que permita tomarse en cualquier cantidad. La mozzarella tiene 250-280 kcal/100 g y sin embargo es un queso fresco.

-El queso fresco se puede usar como relleno de tortillas, croquetas y crepes.

-También la ensalada caprese con mozzarella y tomate se puede tomar caliente colocándola en el horno y aderezándola con aceite y orégano.

-Como hay diversos tipos de quesos frescos, es interesante, si se sigue una dieta de energía controlada, mirar las kcal/100 g. Una ración recomendable oscilará entre 50 y 100 g

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