Gijón, J. L. ARGÜELLES

Doce meses de una política cultural que ha supuesto graves retrocesos. Es la valoración que hizo ayer la ministra de Cultura en el último Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, Ángeles González-Sinde, al cumplirse el año del relevo por el Gobierno del PP que preside Mariano Rajoy: «No hay nada positivo; la subida del IVA, por ejemplo, ha sido catastrófica e innecesaria y hoy la situación de todas las artes es mucho más precaria».

González-Sinde, directora de cine y escritora volcada ahora en la literatura infantil, acusó a Rajoy, que ha unido Cultura, Educación y Deporte en el Ministerio que dirige José Ignacio Wert, de «falta de diálogo» con los distintos sectores culturales. «Es cierto que vivimos momentos muy difíciles, pero también que pudieron encontrarse fórmulas negociadas para estimular las artes», manifestó la ex ministra, para quien son evidentes los «pasos atrás» en un año de políticas culturales del PP. Como ejemplo para ilustrar sus críticas, subrayó los efectos de esas medidas sobre dos de las instituciones fundamentales en la vida cultural de un país, bibliotecas y museos. «Los apoyos han caído muy drásticamente».

La ex ministra rechazó el planteamiento de quienes denuncian la acumulación de gastos faraónicos, durante los años de bonanza económica, en proyectos culturales: «Es un error lamentarse por aquello por lo que se trabajó y se consiguió; no debemos arrepentirnos por dedicar inversiones a la cultura».

González-Sinde compartió ayer tribuna con el escritor y cineasta Vicente Molina Foix en el gijonés Centro Antiguo Instituto. Fueron las dos personas invitadas por el novelista Fernando Marías en sus «Conversaciones cinéfilas», encuentros del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX). Bajo el sugerente epígrafe «Esquizofrenias creativas» explicaron sus mutaciones vocacionales (ella, guionista y directora de cine que ha optado por la literatura; él, poeta y novelista que ha dirigido dos películas) al hilo de unas biografías en las que se han solapado las inquietudes e intereses por unas y otras artes, según las etapas vitales.

González-Sinde recordó con gracia que quiso ser también actriz, pero que los ensayos con el director José Carlos Plaza «acabaron» con su vocación. Molina Foix, que fue uno de los «nueve novísimos» poetas de la antología de Castellet, aparcó su interés por hacer cine tras ser ayudante de dirección de Jesús Franco. «En realidad soy un escritor que ha hecho dos películas», dijo el autor de «El abrecartas». Éste y González-Sinde coincidieron en que cine y literatura son dos lenguajes distintos que no conviene confundir.