Oviedo, Pilar RUBIERA

Hace dieciocho años el profesor Domingo Ynduráin le pidió a su discípulo Javier Serrano Alonso, profesor de Literatura de la Universidad de Santiago de Compostela, que colaborase con él en la Biblioteca Castro, de la Fundación José Antonio de Castro, editando la obra de un escritor, el que Serrano eligiera. Con una única excepción, Ramón María del Valle-Inclán, objetivo imposible debido a los derechos de autor. Serrano no necesitó mucho tiempo para pensarlo y le citó el nombre de Ramón Pérez de Ayala (Oviedo, 1880-Madrid, 1962). Ynduráin lo aceptó de inmediato. Llegaron a publicarse cinco volúmenes de los once previstos. Las obras completas de Pérez de Ayala quedaron aparcadas tras la muerte de Ynduráin.

El asturiano, ejemplo de gran escritor intelectual que vivió la República -fue director del Museo del Prado y embajador en Londres-, el exilio y el franquismo, creador de la literaria Pilares y autor, entre otros títulos, de «Tigre Juan», «Belarmino y Apolonio» y «A.M.D.G.», estaba más apartado que olvidado en el panorama literario español. Se podían leer casi sin problemas sus novelas, aunque no todas, y algunos de sus ensayos; pero hacía falta trabajarlo, estudiarlo.

«Después de muchos años de investigación, de recopilación, de transcripción y de edición, me he dado cuenta de la enorme riqueza intelectual, histórica, estética y humana que tenemos perdida, que la auténtica y magnífica obra de Ramón Pérez de Ayala, el escritor intelectual por excelencia de la pasada centuria, está ahí, sepultada bajo miles de páginas de prensa del mundo entero», afirma Javier Serrano.

Fruto de toda esa tarea es el libro «Ayaliana. Ensayos sobre la vida y obra de Ramón Pérez de Ayala en el cincuentenario de su muerte», una edición de Javier Serrano y de Amparo de Juan Bolufer, también profesora de Literatura en la Universidad de Santiago de Compostela, en la que colaboran algunos de los más destacados especialistas en la obra de Ayala, tanto españoles como extranjeros. Cecilio Alonso, Álvaro A. Ayo, Agustín Coletes Blanco, Dru Dougherty, Florencio Friera Suárez, José Ramón González, Ángeles Prado, Jesús Rubio Jiménez, Margot Versteeg y J. J. Macklin son algunos de los nombres de esta obra, publicada cincuenta años después de su muerte.

No fue difícil conseguir la colaboración de los expertos en la obra ayaliana. Lograr el interés de una editorial fue algo más complicado. Finalmente, Axac, de Lugo, que dirige Alexandre Veiga, decidió comenzar una colección de libros dedicados a la literatura de la Edad de Plata, titulada Páginas Finiseculares, con estos estudios sobre Pérez de Ayala, y el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) se sumó y brindó su apoyo a la publicación. «Ayaliana» se presentó en su sede, en Oviedo, y se ha convertido ya en una obra imprescindible para el estudio de Pérez de Ayala?

¿Qué encontrarán en ella los interesados en el autor de "Tigre Juan"? Javier Serrano enumera algunas cosas: escritos olvidados y perdidos, como cuentos, artículos y poemas, además de varios epistolarios, y estudios interpretativos que no duda en calificar de «esenciales». El profesor cita «Herman encadenado», la reunión de una parte de sus crónicas de viaje al frente de guerra italiano de la Primera Guerra Mundial, que Serrano califica de «monumento literario», que ha sido abordado por los profesores Dru Dougherty, catedrático en Berkeley y uno de los grandes hispanistas de la actualidad, y José Ramón González, de la Universidad de Valladolid.

«Ramón Pérez de Ayala fue, si no el que más, sí uno de los intelectuales que con mayor ahínco se implicaron en el análisis de la Primera Guerra Mundial y en la defensa activa de uno de los bandos, el de los aliados. "Herman encadenado" es su obra sobre el Gran Conflicto, aunque sólo es la punta del iceberg de los escritos sobre el asunto bélico que realizó Ayala», explica Javier Serrano.

A su juicio, cualquiera que en los próximos años quiera analizar la interpretación hispana de aquella guerra, que concluyó con la conocida como «gripe española», deberá leer los escritos de Ramón Pérez de Ayala.

Florencio Friera rescata de las páginas de «El Progreso de Asturias» de Oviedo las primeras colaboraciones del escritor en la prensa, a partir de 1901: artículos de crítica literaria, crónicas y traducciones, en su mayoría. El propio Javier Serrano edita un poemario de juventud compuesto por 17 textos también olvidados, cuya fuente fundamental es el ya citado «El Progreso de Asturias», al que añade un poema recuperado en «Revista Ibérica». Serrano también edita tres trabajos desconocidos de Pérez de Ayala: «Pastor de almas», «Marieta y Joe» y «Navidad».

Del archivo de la Biblioteca Pérez de Ayala de Oviedo procede la documentación epistolar que rescata Agustín Coletes que, según considera Amparo de Juan Bolufer, «amplía el conocimiento sobre la recepción de la figura del asturiano en la cultura inglesa, especialmente en el apartado de las traducciones de sus obras, fundamental para los procesos de internacionalización de un escritor».

En el archivo de la Fundación Ortega y Gasset se guardan las cartas que presenta Cecilio Alonso, dirigidas por Pérez de Ayala a José Ortega y Munilla, director de «Los Lunes de El Imparcial». Ángeles Prado recupera de ese mismo archivo el epistolario inédito cruzado entre el escritor ovetense y Ortega y Gasset en los años que van de 1904 a 1913, algo que, según Amparo de Juan, «le sirve para perfilar la compleja relación intelectual y amistosa entre ambos escritores, y profundizar en la lectura de "Troteras y danzaderas"».

La propia Bolufer presenta algunas de las cartas que se conservan en los archivos de la Hispanic Society de Nueva York, dirigidas por Pérez de Ayala al mecenas e hispanista norteamericano Archer M. Huntington, que permiten vislumbrar la relación entre ambos personajes y alumbrar algunas parcelas de su vida poco conocidas.

Entre todos estos materiales, explica Bolufer, hay un poema con una historia especial. En su segundo viaje a Estados Unidos, en 1919, Pérez de Ayala escribió de su puño y letra en una columna del Museo Hispánico de la Hispanic Society un poema a modo de grafiti. Como privilegio y deferencia, el millonario mecenas Huntington, creador de la mejor biblioteca hispana fuera de España y de una impresionante colección de arte español de todas las épocas, permitía a algunos ilustres visitantes, escritores y artistas de prestigio que pusieran su firma en una columna del museo.

«Todos los grandes que pasaron por Nueva York estamparon su firma en esos pilares, desde Juan Ramón a Valle-Inclán. El poema de Ayala, fechado el 1 de agosto de 1919, se encuentra tapado por una puertecilla de madera cerrada bajo llave y ni siquiera los responsables de la Hispanic Society conocían su existencia», cuenta Bolufer.

Y añade: «En el poema escrito en el corazón de Nueva York, a dos pasos de la Universidad de Columbia, la gran impulsora de la filología española en los Estados Unidos en los años veinte, Pérez de Ayala expresa de forma muy sentenciosa la necesidad del conocimiento de uno mismo, de sus raíces, de su sangre y de su casta. Porque, como en él se afirma, cuanto más se profundice en estas raíces patrias, más se alcanza la universalidad».