Musicoterapeuta de la Universidad de Nueva York

Palma de Mallorca

Iñaki OLAIZOLA

Profesora en la Universidad Estatal de Nueva York, la doctora Gimeno está licenciada en musicoterapia y cuenta con un máster en esta especialidad que se ha demostrado como una herramienta terapéutica eficaz en los pacientes oncológicos. Gimeno explica por España las bondades de su método Bonny. La doctora Gimeno se marchó a Estados Unidos hace veinte años y desde hace unos tres forma a alumnos de la Universidad Estatal de Nueva York en la licenciatura y máster de musicoterapia, una herramienta terapéutica usada en Norteamérica desde después de la Segunda Guerra Mundial y que, hasta el momento, no ha tenido un desarrollo similar en Europa.

-¿Es cierto que en Estados Unidos puede uno licenciarse en musicoterapia?

-Y tanto. Es una carrera de cinco años de duración. Allí se emplean estas terapias musicales desde después de la Segunda Guerra Mundial, momento en que comenzó a utilizarse con pacientes con problemas mentales, aunque desde entonces ha evolucionado mucho.

-Explíqueme en que consiste el método Bonny.

-Consiste en una terapia musical realizada con piezas clásicas que se imparte en sesiones de treinta o cuarenta minutos. Se usa la música clásica para que el paciente viaje con ella y se forme una imagen en su cerebro durante la audición y luego, con la ayuda del terapeuta, se le dan pautas sobre cómo interpretar esa imagen para que le ayude en el problema que tenga, sea del signo que sea. Es necesario que el paciente sepa relajarse y dejar que su mente sea dominada por la música.

-¿Y éste es el método que usa con los pacientes oncológicos?

-No, ésta es una terapia que no usamos en el ámbito hospitalario por la larga duración de las sesiones. Para los pacientes ingresados en un hospital o en régimen ambulatorio usamos adaptaciones de este método.

-Entonces, ¿a qué tipos de personas va dirigido este método?

-A todo el mundo. Es beneficioso para todo tipo de patologías y se puede aplicar a todo el mundo excepto a enfermos psicóticos descompensados y a niños.

-¿Por qué?

-Porque el paciente ha de tener un ego sólido, bien formado. De la misma manera, no puedes permitir a un paciente psicológicamente descompensado viajar durante media hora con una música tan compleja como la clásica en la que intervienen tantos instrumentos. Podrías producirle una regresión con consecuencias perjudiciales. Hay que andarse con ojo en estos casos.

-¿Y en qué consisten las adaptaciones de este método para las terapias a pacientes hospitalarios?

-Son sesiones mucho más cortas, de unos cinco minutos, y no se usa la música clásica, sino otra música más repetitiva, con un tempo lento, sin disonancias y sin que intervengan demasiados instrumentos...

-¿Qué tipo de música usa?

-Generalmente New Age.

-¿Y qué beneficios obtienen los pacientes oncológicos, por ejemplo?

-Les ayuda a entender su situación y a encontrarse mejor. En algunos casos, los enfermos sienten menos náuseas, vomitan menos.

-¿Servirían estas terapias para conseguir superar la adicción a la nicotina a las personas que quieren dejar de fumar?

-No, no hay fórmulas mágicas para todos los problemas. No estoy hablando de una técnica de relajación, se trata de una técnica de crecimiento personal, de mejorar el conocimiento que cada uno tiene de sí mismo ayudado por la música y las imágenes que ésta crea en el cerebro, que más tarde pueden ser dibujadas por el paciente.