"Un día me enteré de que en el Museo Cervantino echaban en falta dos 'Quijotes'. Uno en guaraní y otro en asturiano". Pablo Suárez tiene 41 años, nació en Trubia, es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo, y la pasada semana entregó en el Ayuntamiento toledano de El Toboso, donde se ubica el citado museo, una copia digital de su versión íntegra en asturiano de "El Quijote", con más de 3.500 notas a pie de página.

Pablo Suárez vive en Talavera de la Reina (Toledo) y trabaja en Madrid. Tiene todos los días dos horas y media de recorrido entre su casa y la oficina, pero al menos su actividad laboral tiene que ver con lo que ha estudiado en Asturias. Y con su pasión, la filología.

El lápiz de memoria con la versión en llingua asturiana de "El Quijote" se lo entregó al propio alcalde de la localidad, Marciano Ortega. En El Toboso fija Miguel de Cervantes el pueblo y domicilio de la campesina Aldonza Lorenzo, a quien el Quijote idealizó como su dama y señora bajo el nombre ficticio de Dulcinea.

"Un honor"

El trabajo de Pablo Suárez es la versión corregida de la que se encuentra depositada desde el año 2010 en la Academia de la Llingua Asturiana, pendiente aún de publicación y de la que también es autor.

Lo que se planteó el filólogo asturiano fue mejorar esa primera versión con más anotaciones y correcciones.

El Centro Museo Cervantino de El Toboso cuenta con más de 600 ediciones distintas de "El Quijote". La página web del Ayuntamiento toboseño califica de "un honor" el poseer esta traducción íntegra al asturiano de la obra universal cervantina. Entre los proyectos del museo está la edición de un "Quijote" políglota, en el que ya estaría presente el bable.

Pablo Suárez también es el traductor de "Tirant lo Blanch" al asturiano, coeditado por la Academia de la Llingua Asturiana y la Acadèmia Valenciana de la Llengua, y de algunas otras obras medievales y del Siglo de Oro (Roís de Corella, "Curial e Güelfa", "El Somni" de Metge o "Jacob Xalabin").

Para la traducción al asturiano Pablo Suárez se basó en un "Quijote" de referencia, el de Francisco Rico. Lleva años estudiando las andanzas del ingenioso hidalgo aunque confiesa que "un poco en ratos libres".

Para que la lengua natal no se atasque lejos de Asturias, Pablo practica con Rosa, su mujer, asturianoparlante como él. Y hace pinitos lingüísticos con su hijo Xurde. Un Xurde en Castilla-La Mancha, vaya forma de hacer patria asturiana.

Vísperas de aniversarios

Con la entrega de esta nueva traducción, el museo toboseño pasa a tener versiones de "El Quijote" en sesenta y tres lenguas diferentes, incluido el lenguaje de signos. El alcalde de la localidad de El Toboso, pueblo de apenas 2.100 habitantes en su censo, asegura que esta traducción "era deseada desde hace varios años".

El municipio toledano, en el corazón de la Ruta del Quijote, ya contaba con una versión infantil en asturiano traducida por la académica y escritora María Esther García López con ilustraciones de Ernesto García del Castillo, "Neto".

El mundo que rodea "El Quijote", obra cumbre de las letras hispánicas, está en vísperas de celebraciones. En el año 2015 se cumplirán los 400 años de la publicación de la segunda parte de "El Quijote", y en el año 2016 se celebrará el cuarto centenario de la muerte del escritor.

"Cuando les dije a los responsables del Museo Cervantino que yo tenía una traducción de 'El Quijote' en asturiano se llevaron una sorpresa", recuerda este filólogo, al que le dirigieron la tesis doctoral la propia directora de la Academia de la Llingua, Ana Cano, y el profesor Xosé Lluis García Arias.

La traducción al asturiano de "El Quijote" pasa a formar parte de unos fondos cuando menos sorprendentes. En el Museo Cervantino se pueden ver curiosidades como la primera edición de la obra en euskera, la primera en el lenguaje de ciegos, el Braille, o "Quijotes" firmados por personalidades muy diversas. Uno de los últimos en llegar a la colección es uno firmado por el presidente cubano Fidel Castro.