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"Corazón de Manzana", una obra embajadora

El Ayuntamiento de Nava edita una carpeta dedicada a ensalzar la cultura de la sidra asturiana que incluye seis poemas de Flor Fernández e ilustraciones de Mario Cervero

"Corazón de Manzana", una obra embajadora

La carpeta "Corazón de Manzana" que edita el Ayuntamiento de Nava constituye un ejemplo de renovación de la imagen institucional "Villa de la Sidra" con unas connotaciones que van mucho más lejos de la propia experimentación en el imaginario que rodea a este preciado bien que es la bebida asturiana por excelencia. Siempre objeto de actualidad, ya está en marcha la iniciativa que promueve la candidatura de la sidra como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO a raíz de la tesis doctoral del historiador Luis Benito García.

Posee Nava las mejores condiciones para promover e indagar en todo el patrimonio cultural que se desarrolla en torno a la manzana y la sidra, su transformación y producción, así como los derroteros históricos por los que la tradición sidrera se fue conformando. Una labor fundamental se realiza desde el Museo de la Sidra de Asturias que tiene entre sus objetivos dar a conocer y promocionar la bebida que más nos identifica. Por otra parte se debe mencionar la labor de control y difusión del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida "Sidra de Asturias".

Al escanciar la sidra se da forma a un ritual y una cultura que ha ido tomando forma y evolucionando a lo largo de los años sin burocracia ni mayor injerencia, tan solo con la asistencia del saber popular y la tradición fermentada a ritmo lento por el pueblo llano depositario de un enorme conocimiento. Es en esto último en lo que abundan, a poco que escuchemos, los poemas de Flor Fernández incluidos en "Corazón de Manzana".

No todas las sidras se escancian ni se presentan para ser consumidas a la manera asturiana, ni tampoco es Asturias lugar único donde se consume nuestra sidra ya que, como vemos publicado en el semanario festivo burgalés "Guasa Viva" el 20 de abril de 1913, se ordenaron así los versos de Domingo Salas dedicados a ¡La Bombilla!, para ensalzar el ambiente primaveral en aquellas tierras del Duero. Decían estos versos:

Ya llegó la primavera, / otra bombilla no he visto / cual la de Antón Evaristo, / animosa y placentera. / Por la mañana, pelea / de gallos de raza inglesa, / que la afición burgalesa / con gran ilusión palmea. / Allí hay ranas, hay recreo, / juegos de pelota y bolos, / que son mejor que los toros / mucho mejor, ya lo creo. / Pues por muy poco dinero / podéis comer y beber / y disfrutar con placer, / porque allí todo es esmero. / No he visto fiesta más sana, / ni más barata taquilla, / ni mejor sidra asturiana / en Burgos que en la Bombilla. / Solo por cuatro perrillas, / cero veinte nada más / puedes comer y beber / y ver a todos jugar.

En Burgos como en tantos otros lugares, se consumía sidra asturiana, observándose esa dimensión reconocible de ambiente festivo y de camaradería que se crea en torno a ella. No se refería el bardo a la modalidad "espumosa" sino a la sidra "natural". La espumosa se debe, siguiendo lo publicado en "La Esfera" el 29 de junio de 1918, a D. José Cima, creador de una industria que representaba una enorme fuente de riqueza. Según "La Esfera", Cima fue el autor, iniciador y propulsor de la champagnización de las sidras, presentadas en sociedad en 1884. Con ello se crearía una industria muy favorable para Asturias que haría famosa la sidra muy lejos de nuestras fronteras, ya que "en América principalmente, tiene un mercado fabuloso, porque la Real Sidra Asturiana no falta en las mesas de las personas más selectas, y es la que eligen y prefieren los asturianos, que bajo cielos lejanos brindan por la ventura y la prosperidad de su patria".

Las crónicas en revistas ilustradas y en la abundante prensa histórica, ofrecen datos interesantísimos para estudiar determinados ámbitos de la cultura sidrera de nuestra región. Fidalgo Sánchez en su capítulo sobre "La sidra y la ciencia" que forma parte de la valiosa obra "Sidra y Manzana de Asturias" (Oviedo, 1993) consideraba en aquel tiempo que no era mucho lo escrito sobre la sidra, a la vez que ofrecía algunos datos sobre la prensa que se pueden recuperar hoy con mayor facilidad y amplitud desde los diversos repositorios electrónicos, para servir de análisis en aspectos como el Arte o la gráfica que nos muestra la cristalización de numerosos tópicos o fijación de estereotipos en la cultura sidrera. En la misma obra, Modesto González Cobas, abordando "La cultura de la sidra" indaga en la poesía, la cultura oral y la presencia de ésta en la música y en la pintura, refiriéndose para el primero de los casos a Bruno Fernández Cepeda (s. XVIII) quien compondría unos versos destacados dedicados a la sidra, al que seguirán otros autores como Juan María Acebal o Teodoro Cuesta. Llega ahora el momento de sentir los versos de Flor Fernández para "Corazón de manzana". En la pintura destacaron Evaristo Valle, Mariano Moré, Paulino Vicente o Nicanor Piñole, entre otros, que se preocuparon por recoger algunas escenas populares en las que la cultura de la manzana y de la sidra asturiana adquirieron, ineludiblemente, su protagonismo.

Con esta publicación, que el Ayuntamiento de Nava presenta, se llegará tan lejos como en su día llegaron las ideas de Cima o los versos de Domingo Salas, Acebal, las escenas de Moré y tantos otros. Es ésta una edición compuesta por seis imágenes firmadas por el artista Mario Cervero, a las que acompañan seis piezas poéticas de Fernández Viña que destacan el carácter popular y de celebración que rodea a la cultura sidrera en nuestra región, representando un nuevo hito en la identidad gráfica que la acompañará en los próximos años. No sería extraño que el autor de estas imágenes recibiese seguidamente encargos para "vestir" las miles de botellas que salen de los lagares asturianos, pues se trata de un referente artístico que, por su calidad, es preciso destacar y proponer en estos términos, ya que actualiza una gráfica anteriormente muy agotada, con una renovación estética que la sitúa de lleno en lo contemporáneo.

La tradición y las nuevas tecnologías han ido de la mano a lo largo de la concepción del proyecto producido en los talleres gráficos de Fermín Santos (Ediciones Pata Negra) de Oviedo, en una edición muy cuidada y limitada a 125 ejemplares personalizados en exclusiva para el Ayuntamiento de Nava. Mario Cervero creó unos dibujos de marcada expresividad donde la soltura del trazo y el esquematismo dan lugar a estampas muy dinámicas y efectivas. La técnica empleada se basa en un software para Ipad desde el que posteriormente fueron transferidos mediante impresión láser sobre metacrilato en relieve en las instalaciones del "Fablab" de Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, en Gijón. Con las planchas en metacrilato se estampó en el taller de Fermín Santos la edición en papel y posteriormente se imprimieron los textos mediante inyección de tintas pigmentadas.

El resultado es una magnífica publicación que ensalza y da carácter a la imagen institucional que se viene ensayando para presentar la cultura de la sidra asturiana, en una excelente y oportuna revisión conceptual que contiene una gráfica muy actual y de enorme magnetismo, como es en sí la obra de un artista tan destacado como Mario Cervero. Es seguro que la obra aquí reseñada será tan buena embajadora de Asturias, y de su sidra, como lo ha sido la propia bebida.

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