"¡Políticos, cuiden el trabajo, que es lo único que importa!" exclamó ayer noche el empresario asturiano Francisco Rodríguez en su toma de posesión como miembro de honor del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA). La sesión se celebró en Oviedo, en el palacio del Conde de Toreno, sede de la institución, con el salón de actos lleno de familiares y amigos del recibido. Mereció la pena porque en su línea de gran escritor y pensador, Rodríguez ofreció un excelente discurso programático de la tercera vía: liberal, ya que empresario, como dijo por tres veces, y contrario a los monopolios y proteccionista del factor trabajo y por lo tanto de los entornos donde nace y vive ese tesoro frente a competencias desleales y arrasadoras. Incluso mostró un punto pesimista cuando, tras citar las utopías de Platón y Moro, emparejó liberalismo y comunismo por sus pulsiones hacia la felicidad del hombre y dijo que "al hombre no le interesa gran cosa ser feliz". Y es que, añadió "no le interesa al hombre ser feliz si ello lleva aparejado el que también sean felices los demás hombres. Somos así. Y no conviene desconocerlo".

La sesión arrancó con la lectura, por parte de Inés Ibáñez, secretaria general del RIDEA, del acta por el que Francisco Rodríguez, creador y presidente de Illas, Industrias Lácteas Asturianas -compañía que promueve entre otras marcas Reny Picot- fue nombrado miembro de honor del real instituto.

Inmediatamente tomó la palabra Rodríguez. Su lección se tituló "Grecia. Y ahora ¿qué?". Con brillantez no exenta de dureza, el empresario afirmó que el problema griego era resultado "de dos cosas: irresponsabilidad y codicia". No se puede prestar sin garantías, comentó, pero así se hizo para que los griegos "compraran lo que sus vecinos del norte hacían". Además, con un terrible narcótico que desvió el consumo de los productos propios a los ajenos. Resultado: la economía griega "ha dejado de existir". Atribuyó a la geopolítica las condiciones del rescate. En fin, "el fracaso de Grecia lo es también de la Unión Europea ¡faltaría más!".

Ya sobre España destacó que nuestra tasa de paro cuadruplica la de otros países del entorno. En referencia a los problemas de la producción de leche en la Cornisa Cantábrica, indicó que "se ofrece desde Bruselas la persistencia de un liberalismo falso que conduce a los más débiles a hacer frente a la perspectiva de un abandono del trabajo".

Francisco Rodríguez añadió que hace mucho tiempo se inventó un "mecanismo llamado arancel que tiene la misión de nivelar en lo posible las condiciones en que se realiza el comercio". Criticó a los calificados como liberales de salón, a aquellos que creen que "la humanidad solo puede prosperar si se eliminan las fronteras y se hace del planeta una aldea global en la que impera sin restricciones la ley darwiniana de la selección de las especies, en aras del productivismo que les ha de conducir a posiciones hegemónicas. Esta es la cuestión. Y por eso es un error tratar de resolver el problema desde los tradicionales feudos de la izquierda o la derecha".

Para el empresario, "cuando de ejercer cualquier tipo de dominio en el mundo se trata, y no digamos si lo que hay en juego responde a estrategias de carácter militar o económico, desaparecen las ideologías y aparase la feroz condición del hombre, que le lleva a querer imponerse siempre a los demás hombres".