Asturias ve con buenos ojos la propuesta que hizo recientemente la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago de elevar a 300 kilómetros la distancia mínima para obtener el diploma peregrino de la compostela. La medida, según opinan los expertos de la región, contribuye a potenciar Oviedo y Avilés como puntos de partida de los caminos primitivo y de la costa, así como a resolver un problema de masificación en Galicia. Hasta ahora, los peregrinos recibían la acreditación tras completar los 100 últimos kilómetros, lo cual llevaba a una fuerte saturación entre Sarria (Lugo) y Santiago de Compostela. "El cambio es muy positivo para la comunidad y, de conseguirlo, nos daría una categoría superior", asegura Laureano Víctor García, empresario asturiano y presidente de la Agrupación de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago del Norte.

La asamblea de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago decidió elevar el pasado 14 de diciembre su propuesta a la Xunta de Galicia y a la catedral, tras recoger la opinión de colectivos peregrinos de 28 países. La conclusión fundamental fue que en el tramo gallego del Camino había demasiadas aglomeraciones, por lo que urgía buscar una solución. "En esos 100 kilómetros hoy en día es casi imposible encontrar plaza en un albergue e incluso caminar con tranquilidad por la vía", confiesa Laureano García. Por eso comparte la petición de la Fraternidad, que ahora estudiará con el resto de colectivos de la región. No obstante, la reacción parece clara. "Nosotros la vamos a apoyar, creemos que el Camino de Santiago no es sólo gallego y esto complementa la declaración obtenida en julio de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco", comenta José Luis Galán, presidente de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago.

Galán sostiene que la petición de ampliar a 300 kilómetros la compostela responde "a una realidad". Y se explica: "Este año pasaron por el albergue de Oviedo más de 4.000 peregrinos, pero seguro que fueron muchos más los que salieron de la capital asturiana". Lo mismo sucede con Avilés, que no para de sumar nuevos visitantes. De hecho, la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago lo que plantea es potenciar la senda jacobea a su paso por Oviedo (camino primitivo), Avilés (camino del Norte), León (camino francés), Zamora (Vía de la Plata) y las ciudades de Porto y Coímbra, en el camino portugués. "A mí me parece que lo que plantean es lo más coherente, teniendo en cuenta los tiempos que vivimos", señala Alejandro Barrero, responsable de la Asociación Cultural Amigos de Ribadesella "Camino de Santiago".

Sin embargo, en Galicia, la idea de elevar la distancia mínima del diploma peregrino no sentó del todo bien. El portavoz de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, José Antonio de la Riera, asegura que en la comunidad vecina tachan de "malos gallegos" a los impulsores de esta petición. En su opinión, reducir el diploma peregrino a la región sería como "matar la gallina de los huevos de oro". "Hay que tener altura de miras y ser generosos", señala De la Riera. "Yo les diría que no fuesen cortos de miras. Con la ampliación a 300 kilómetros se potencian todos los caminos y tienen que tener en cuenta que todos los peregrinos acaban en Santiago. La diferencia es que no lo hacen a mogollón. Y eso al primero que beneficia es a Galicia, porque ahora están perdiendo tanto restaurantes como albergues", razona Alejandro Barrero. De todas formas, el presidente del colectivo cultural de Ribadesella puntualiza que el cambio no obedece a beneficios económicos, sino a la seguridad del peregrino.