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Escapadas

Bécquer, de aniversario

La conmemoración de los 180 años del nacimiento del escritor, excusa para visitar el sorprendente Museo del Romanticismo

Sala del Museo del Romanticismo.

En este año recién acabado se conmemoraron 145 de la muerte del escritor Gustavo Adolfo Bécquer, y en el que acabamos de estrenar se cumplirán 180 de su nacimiento. Dos cifras redondas que dan pie a a recordar al ilustre poeta y narrador sevillano, enmarcado generalmente en la corriente del romanticismo.

Y para acercarse a su figura y, sobre todo, a la época en la que vivió (murió joven, a los 34 años, de tuberculosis) nada mejor que darse un paseo por el poco conocido Museo del Romanticismo de Madrid, una suerte de centro temático ubicado en pleno centro de la capital de España (calle San Mateo, 13), pero no por eso bullicioso. Todo lo contrario: el antiguo palacio del marqués de Matallana -construido en 1776 y donde otro marqués, Benigno de la Vega-Inclán, tuvo la idea de desarrollar el entonces llamado Museo Romántico en 1924 para reunir su colección artística del XIX- es un remanso de paz y sosiego que siempre se agradece en medio del ajetreo madrileño.

Por las dependencias del palacio, tras su conversión en museo, desfilaron grandes figuras de las letras y el arte del siglo XX y llegó a ser dirigido por Rafael Alberti. El marqués de la Vega-Inclán, un apasionado de las artes y las letras y muy interesado en difundir el patrimonio cultural español, juntó en el museo sus preciadas posesiones del XIX: pintura, muebles, cerámica... Una colección que se enriqueció con objetos de algunas de las figuras más destacadas del Romanticismo español, como Mariano José de Larra, del que se conserva el retrato más famoso del periodista.

Cuadros y muebles del rey Fernando VII y de su hija, la irrepetible Isabel II, también se pueden ver en el palacio, con una interesante y entretenida colección de juguetes. Su visita requiere un par de horas al menos para disfrutar de todas y cada una de las piezas de la época de Larra, el Duque de Rivas o el citado Gustavo Adolfo Bécquer, cuyo hermano Valeriano está también representando con sus pinturas junto a alguna de Goya, Pérez Villamil o Madrazo. De éste se incorporó en 2011 (dos años después de reabrirse el museo tras su reforma) un retrato de la citada Isabel II.

Completada la visita, una parada indispensable es la cafetería, un rincón secreto y poco conocido a tiro de piedra de la frecuentada calle Fuencarral donde tomar una buena merienda o un tentempié a media mañana (es famosa por su dulces, tartas e infusiones).

Pero otro de los secretos del Museo del Romanticismo (hasta abril abre de martes a sábado: de 9:30 a 18:30; domingos y festivos, de 10 a 15) es su tienda, donde encontrar libros, dibujos, cerámica o incluso complementos.

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